Sonreí, ella no quería que me fuera. La apreté más contra mi pecho.
-Tu hermano ahora vendrá a ver que me pasó, lo sé.
-No me importa mi hermano ahora mismo.-Sabes que pronto tendrás que arreglas todos tus problemas con él, pequeña.
-No hablemos de él, me enferma. ¿Todavía cantas, Jorge?
-Sí, incluso he escrito bastantes canciones. -Ella sonrió.
-¿En serio? ¿Me las podrías mostrar algún día? -Dijo emocionada. Si supiera que las escribo para ella...
-Claro que sí. -Dije dudoso.
-¿Martina? -Dijo Fran desde afuera.
-Espera, yo resuelvo esto. -Me separé de ella y fui a abrir la puerta.
-¿Qué mierda estás haciendo aquí, Jorge? O Martina, ¿ahora es una rutina meter a chicos a tu habitación? -Dijo mirándola. No voy a dejar que le hable así.
-Allá abajo estabas diciendo lo muy imbécil que has sido con ella. ¡Y mira! Lo sigues siendo. ¿Cómo le puedes hablar así? Controla tus malditos impulsos. -Él bajó la mirada y le pegó a la pared antes de salir y cerrar la puerta de un portazo.
-Él tiene que aprender a controlarse. -Dije mientras me sentaba a su lado.
-Supongo... -La abracé.
-Nada de lo que dice es verdad. -Dije dándole un beso en la cabeza.
-Gracias, Jorge.
-¿Por qué?
-Por escucharme y comprenderme.
-Siempre que necesites a alguien puedes buscarme. -Ella sonrió. Verla sonriendo me hace sentir tan completo.
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Martina.Después de que Jorge se fue, lo primero que hice fue llamar a Mercedes y contarle. Ella no dejó de decir lo hermoso que había sido conmigo y yo estaba de acuerdo con eso.
Me bañé y me cambié para dirigirme a la escuela. ¡Quería verlo! Sí, eso quería. Ignoré a mi hermano por completo que me llamó varias veces desde la cocina y empecé mi camino hacia la escuela. Minutos después llegué y me acerqué a mi amiga que estaba en la salida esperándome.
Amiga, ¡hoy saldré con Rugge! -Dijo abrazándome feliz.
-Sí, ya lo sé. Ayer me lo dijiste como, ¿mil veces? -Dije riendo.
Entramos a la escuela y empezamos a guardar nuestros libros. Los pasillos estaban llenos, como todos los días. Unos se besaban, otros hablaban y otros estudiaban. A lo lejos pude ver a un chico alto, cabello rubio y ojos verdes que me pareció bastante conocido.
-¿Ese no es Peter? -Dijo mi amiga mirándolo. ¡Cómo olvidarlo! Peter, uno de los enemigos más grandes de mi hermano y sus amigos. El año pasado se había ido a New York con su madre, pero al parecer volvió y se quedará.
Sólo espero que no tengan problemas como alguna vez los tuvieron. En especial Jorge, que a veces puede ser muy agresivo.Hablando de Jorge, venía caminando e ignoró a Peter y todas las personas que tenía a su al rededor, siguió caminando y me miró. Sonrió y se acercó a mí.
-Buenos días pequeña.
-Buenos días Jorge. -Dije sonriendo. Ya me imagino como estarían mis mejillas de rojas.
-Ay amiga. No puedes estar más enamorada.
-¡Mira quién habla! -Dije riendo.
Pronto sonó el timbre. Hora de empezar las clases.
Después de varias horas de aburridas e infernales clases, ya nos encontrábamos en la hora del almuerzo. Estaba sentada en una mesa con Mercedes mientras miraba a Jorge y él una que otra vez me regalaba una sonrisa, yo se la devolvía. Aunque Stephie estaba con él a su lado. Pero no debería hacerme ilusiones, yo para él sólo soy la hermana de su mejor amigo. Nada más.
Peter entró con unas cuantas chicas a su lado, todos se fijaron en él.
-Todas parecen idiotas detrás de él. -Dijo mi amiga mientras comía.
-Lo sé. Espérame, botaré esto. -Cogí mi bandeja y me levanté. Cuando la boté, sentí una mano en mi hombro y voltee.
-Martina, sigues siendo la misma chica hermosa de siempre. -Dijo Dyla sonriéndome
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Eres Mia, Pequeña
FanfictionMartina Stoessel, Jorge Blanco. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos las estatura. Nunca estaban igual, tenían ideas diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella una niña insegu...