Capitulo 12

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Me levanté muy temprano y lo primero que hice fue recordar la noche anterior y sonreír.

Jorge. Siempre Jorge.

Me he dado cuenta de que hemos estado más unidos últimamente. Pero quería que fuera así siempre. Que me regale una que otra sonrisa. Que se preocupe por mí. Que me pregunte que está mal. Que me haga sentir mejor.

No quería alejarme de él, aunque tenía miedo. Miedo de que esto se acabara. "Esto" para el posiblemente sólo una amistad, pero para mí era muchísimo más que eso.

Recordé que anoche dijo que iría a recoger a mi hermano para ir al Central Park Club a verlo tocar con su banda. Así que me di una larga ducha y me puse mi suéter favorito con un short y unas medias. Amaba ponerme medias.

Bajé y ahí estaba mi hermano. ¡Que no se acuerde de la fiesta, que no se acuerde!

-Martina. -Dijo frío.

-¿Perdón, sí? Sólo quería divertirme un poco. Igual, no me gustó.

-No es eso... Es que ese vestido Martina era muy corto y no quería ese poco de chicos ahí pensand...

-Sólo no quieres aceptar que tu hermana está creciendo.

-A los chicos como yo, les gusta las chicas como tú. Y la verdad es que no me gustaría que terminaras con un imbécil como yo. Nunca he querido a una chica en verdad y no quiero que te hagan llorar.

Eso no va a pasar, Fran. Nunca me fijaría en un imbécil como tú. - Mentirosa. Eso era. ¡Muero por tu mejor amigo Fran, que es incluso mucho más imbécil que tú!

Él me dijo que era una boba y me cargo en sus hombros dándome vueltas. Yo le gritaba que parara y el no dejaba de reír. El timbre sonó y Fran fue a abrir todavía sosteniéndome en sus hombros.

-Qué raro es verlos no discutir. -Dijo Jorge riendo.

-¡Jorge, dile que me baje por favor! -Él empezó a reír y Fran finalmente me bajó.

-Oye bro, al fin, ¿qué hiciste anoche? ¿Hiciste lo que te pedí? -Yo le di una mirada de desaprobación a Jorge.

-Oh, no. Pues vi a Stephie en la fiesta y sabes cómo terminan la mayoría de mis noches. -Fran empezó a reír y yo sólo bajé la mirada. Maldita sea, tenía que controlarme.

-Iré a descansar un poco, que se diviertan. -Dije y subí a mi habitación. El fin de semana ya había acabado. Mercedes no dejó de hablar de Ruggero y de lo hermoso que era con ella. Ella se estaba enamorando. Bajé del carro apresurada y saludé a mi amiga de un abrazo.

-Vaya Martina, ¿estás enferma? Estás cariñosa hoy.

-¿Es que prefieres a la Martina fría?

-¡No! Esta está perfecta. -Yo reí y entramos a la escuela. Cuando entramos todos los ojos se posaron en mí y no dejaba de susurrar cosas.

-Mercedes... ¿Algo que me quieras contar?

-Estás tan feliz y hermosa hoy Martina, deberías estar así todos los días.

-Mercedes...

-¡Ruggero me invitó a su casa este fin de semana!

-Mercedes, ¡dime!

-Todo lo que dicen estas personas son mentiras. Sabes cómo son...

-¡Sólo dime!

-"La hermanita de Fran prefirió la cama de Jorge que la de Peter!" Sabes que todos te vieron salir el día de la fiesta con Jorge y pues..

–Estaba en shock. ¿Cómo podían decir eso? Joder, sólo hablamos un poco y después me quedé dormida.

-Odio esta escuela.

-Ya somos dos amiga. -Seguimos caminando y me tropecé con alguien. Hoy no era mi día.

-Aparte de zorra, estúpida. -Dijo Stephie con asco. Ella esperaba a que me pusiera como una loca a insultarla, pero no. Sólo le sonreí falsamente y seguí con mi camino.

-Eso le molestó bastante. -Dijo Mercedes riendo.

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Jorge.

Odiaba esta escuela.

Cómo deseaba partir la cara a cada uno de los imbéciles que hablaban así de Martina. No soy nada bueno para ella, sólo gana problemas. Cuando me veo, veo a esta jodida persona llena de problemas y cuando la veo a ella, joder, veo todo.

Estaba afuera apoyado sobre moto mientras fumaba. Alguien tocó mi hombro y mierda, hoy no era mi día.

-¿Qué mierda quieres, Peter?

-¿Así que detrás de la hermanita de Fran, eh?

-No estoy de humor para hablar con tu puto culo.

-Sé cómo siempre la miras y le sonríes. La fuiste a buscar a la fiesta. Pero no te culpo, ella es jodidamente caliente. -Él se acercó a mi oído y dijo- ¿También la imaginas debajo de tu cuerpo desnuda gritando tu nombre?

No me pude controlar. La furia se apoderó de mí. Sentía mi sangre hervir. Le di un puñetazo a ese imbécil en la cara, partiendo su boca. Él se limpió y sonrió.

-Mueres por esa chica.

Eres Mia, PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora