The Sinners I: Ty (Pausada)

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Respiró hondo y abrió la puerta de madera oscura del Fénix, un bar construido en una antigua nave industrial de buen tamaño en Chicago. En una zona donde edificios muy parecidos se habían convertido en apartamentos, tiendas y algún otro bar. El interior tenía las paredes de ladrillo rojo desgastado al igual que en la fachada y los suelos de manera oscura donde también se podía apreciar el paso del tiempo. Se trataba de un local grande con una barra de bar larga en la pared donde se encontraba la puerta de entrada; enfrente de ésta, en la otra pared, estaba un gran escenario de ladrillo y con el suelo en una madera de un tono más oscuro; en algunas de las otras paredes había sillones rojos y mesas cuadradas de madera oscura. El resto del lugar tenia mesas dispersas oscuras con sillas a juego. El bar no estaba muy lleno, en algunas mesas había algunos policías que acababan de terminar su turno y algunos grupos sentados en los sillones rojos de la pared.

Detrás de la barra pudo ver a una chica con una camiseta negra de tirantes que dejaba al descubierto todos los tatuajes que le cubrían toda la piel expuesta. No mediría más de metro sesenta delgada, y con el pelo largo  tan negro que parecía azul, recogido en una coleta alta y con flequillo recto que le tapaba las cejas. Se acercó a hablar con ella.

-¡Hola! - dijo algo nerviosa con su voz un poco ronca.

-¡Hola! - dijo la morena con una voz cantarina - ¿Que te apetece tomar?

-Eh...Soy Channel, tengo una reunión con Phil - dijo poniéndose más nerviosa por la mirada fija que le daba la camarera.

-¿Greencap, verdad? - preguntó su apellido para cerciorarse.

-Sí - sonrió.

-Ahora llamo a Phil - le sonrió con más simpatía una vez que la repasó con la mirada. Channel había preferido vestirse como lo haría normalmente, sin arreglarse excesivamente. Había enfundado su cuerpo de 1,76 y con curvas en unos vaqueros claros y una camiseta blanca con las mangas francesas en negro. - ¡PHIL! - gritó a pleno pulmón mientras giraba la cara hacia el lado contrario de la puerta de entrada, haciendo respingar a Channel - Por cierto - la dijo - me gusta tu pelo, me alegro que no seas rubias, no es por ofender - dijo rápidamente mientras Channel se llevaba la mano a tocarse su abundante melena rizada hasta las caderas, la cual se tiño hace apenas unos días de naranja cansada de su simple tono castaño sin gracias -, pero si empiezas a trabajar aquí me entenderás - suspiró apesadumbrada. Por cierto soy Ella, pero tomos me llaman Blue - se presentó.

Channel la iba a responder pero escuchó como unas cortinas de volitas sonaban y vio como un hombre alto, gigante, por lo menos mediría dos metros y rondaría los 60 años muy bien conservados se acercaba a dónde ellas estaba. Él llevaba una camiseta a cuadros remangada dejando ver unos brazos con tatuajes ya algo deslucidos, y el pelo largo canoso recogido en la nuca a juego con la barba larga que le tapaba media cara. Tenía toda la pinta de ser un tipo con el que no se puede bromear. Y Tal como se imaginaba ella, no era más y menos que Phil, el dueño del bar.

-Tú debes ser Channel - dijo con voz ruda-

-Sí - contestó intentando que no se notase el nerviosismo.

-Vamos a mi despacho - dijo el hombre mientras se dirigía por dónde había venido pero se paró justo dónde la barra se unía a la pared, metió la mano por debajo y la barra se abrió hacia arriba.

-Vamos - dijo Blue animándome - y suerte.

Le seguí y cuando estuve al otro lado de la barra, Phil volvió a cerrar la barra.

-Sígueme al despacho- dijo empezando a andar a un hueco de una puerta cerrado con las cortinas de bolas que se habían escuchado antes, eran bolas de madera oscura. Al traspasar la cortina Channel se encontró en un pasillo amplio de color blanco y el mismo tipo de suelo que en el bar. En la pared de su derecha había tres puertas de madera oscura, un extintor en la de la izquierda al fondo del pasillo, en frente, se podía ver un cacho de una puerta de emergencias y a su lado cinco escaleras que terminaban en una puerta de la pared izquierda y por lo su ubicación, Channel creía que era la entrada al escenario.