¡¡¡¡Atención!!!!!
Lo siento, ya sé que es un capítulo corto, pero como expliqué ayer en mi muro mi ordenador está dando algunos problemillas y me borró el capítulo. Por lo tanto me ha tocado hacer otro y no quería haceros esperar mucho más. Así que espero que disfrutéis de este corto capítulo. Un abrazo.
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El ruido de los seguros automáticos se escuchó por encima de la música que llenaba el coche de Blue.
-¿Tienes la intención de asesinarme? – le preguntó Channel casualmente mientras seguía mirando por su ventanilla.
-¿Qué? ¡No!
-¿Entonces...?
-Chica, vives en uno de los barrios más chungos de la ciudad, toda precaución es poca – dijo mirándole por un segundo.
-No está tan mal – se encogió de hombros – mis vecinos son majos.
-¿Acaso les conoces?
-No... pero – contestó antes de que su compañera la respondiera – no son ruidosos ni mal educados, ni montan fiestas hasta las tantas. Eso es bueno.
-Vale, tu edificio es "seguro" – la dijo levantando una mano del volante para hacer el movimiento de comillas –Pero el camino hasta tu edificio, ¿qué? Porque me dirás que con la gente que te cruzas no te hacen tener ganas de salir corriendo...
-Son... Diferentes.
-En serio, ¿cómo convenciste a tus padres que te pagasen ese piso?
-Fácil. Mi madre no sabe que barrio es o por lo menos la reputación que tiene. Y luego, mi padre sabe que tiene algo de reputación, pero no lo sabe todo. Además – suspiró – mis padres se gastaron muchísimo en mí para ir a la universidad y poder vivir allí, no iba a pedir mucho. Aunque con lo que tengo me basta.
-Pero... ¿y compartir piso? – dijo entrando en el barrio y mirando hacia todos los lados con atención, alerta.
-No gracias. Nunca sabes con quien te puedes topar.
-Claro y aquí sí – rio burlonamente.
-Es ese edificio de ladrillo a derecha.
-El de las ventanas negras, ¿no?
-Ese – dijo sintiendo la reacción que tendría cuando viera la puerta y no tardó en llegar cuando estacionó en frente.
-¡¿Esos son agujeros de bala?! – gritó
-Sólo tres – dijo Channel para intentar quitarle importancia –y hace mucho, mucho tiempo que pasó.
-¡De bala! – recalcó sin dejar de mirar la puerta.
-¿Quieres subir a tomar algo? – le dijo intentando cambiar el rumbo de la conversación.
-¿Ahí dentro? ¡Ni loca! – Encendió otra vez el motor - ¡Y tú tampoco! Te vienes conmigo.
-Blue, para el motor. – Le dijo – Ésta es mi casa y si arrancas este coche, esto se puede interpretar como un secuestro.
-¿Crees que ter voy a dejar ahí? – dijo con desprecio.
-"Ahí" es mi casa, Ella – dijo seria – Y me gusta. Además he estado viniendo del trabajo sola y andando y nunca me ha pasado nada.
-Yo creía que te venías en taxi – la miró con el ceño fruncido.
-¡Y me arruino!
-Ya no, te voy a traer todos los días.
-Durante un mes – Channel ya se sentía algo mal por hacerle acercarle durante un mes dos días a la semana, haciéndole desviarse para ir a casa a las tantas como para que lo haga siempre.
-Piensa eso – la dijo apagando otra vez el motor – y ahora, muy a mi pesar – aceptó – no te voy a secuestrar. Y esa copa a la que me has invitado la voy a dejar para otro día que no tenga que conducir y el cual mi cuerpo esté preparado para ver todos los horrores que se agazapan en ese piso.
-Es tarde y no tengo ganas de discutir, Blue. Pero mañana ya aclararemos eso de traerme todas las noches. – suspiró notando como el cansancio se apoderaba de su cuerpo.
-Sí, sí, mañana ya hablaremos.
-Vale – dijo pensando que si Blue era cabezota, ella todavía lo era más. - ¿Blue?
-¿Channel?
-Los seguros. Quítalos.
Cuando consiguió girar la lleve de su casa, lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y dejarlos colocados al lado de la puerta con un suspiro de satisfacción. Después de camino a su cama se fue despojando de la ropa hasta que sacó la camiseta de los Chicago Warrios, que usaba como camisón, y se lo puso. Cuando fue a lavarse los dientes se dio cuenta de que el contestador telefónico parpadeaba.
<<Hola, hija. ¿Todavía no estás en casa? ¡Pues ya son horas! Ese bar te está perdiendo. ¡No me hagas callar, Mathias! Es la verdad. Nuestra niñita no debería estar trabajando en un lugar como ese. ¡A saber qué cosas la obligarán a hacer! Bueno, cuando llegues a casa llámame. Te quiero, cariño>>
Durante todo el mensaje, Channel no pudo evitar poner los ojos en blanco. Ya se imaginaba lo que su madre pensaba que la obligaban a hacer. Ir medio desnuda, aceptar las groserías de las personas y todo eso. ¡Si lo llegó a pensar cuando trabajaba en el bar del pueblo! Su madre a veces era imposible. Y ni borracha la llamaría a estar horas. ¿Para qué? ¿Para oírla refunfuñar por despertarla y luego un sermón sobre el trabajo? No gracias, no la apetecía para nada. Sólo quería lavarse los dientes y dormir lo que quedaba de noche y toda la mañana para poder ir al trabajo fresca la tarde del domingo.
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The Sinners I: Ty (Pausada)
RomanceChannel Greencap ha conseguido trabajo en uno de los bares que suelen tener conciertos de grupos de rock todas las semanas... ¿Qué pasará cuando conozca a los miembros de 'The Sinners'? O mejor dicho, ¿cuándo conozca a Ty, el batería? ¿Quieres sabe...