Mi elección

22 5 0
                                    

Capítulo 7

— Lo sé… — no terminé de hablar, pues mi amiga grita emocionada y se lanza a abrazarme. Me toma un poco por sorpresa, pero termino correspondiendo a su efusividad.

Habían pasado años desde la última vez que nos vimos, ambas estábamos tan emocionadas que en primera instancia no hubo tiempo para malas noticias. Cuando nos separamos pude ver su mirada cristalizada, siempre tan sentimental, por ello esbozo una gran sonrisa luego levanto las manos llenas de refrigerios y dos botellas de vino blanco.

— ¿Nos alcanzará la noche? — pregunté sonriendo.

Muy servicial viajaba de la sala a la cocina, su cabello rojizo crespo revoloteaba mientras llenaba la mesa de centro con picadas para comer, no se puede chismear con el estomago vacío.

—¡Ya no cabe más en la mesa! — le dije y ella sólo se echó a reír.

Supongo que era su forma de darme la bienvenida.

—¡Tranquila que lo que sobra es comida aquí, espero que no hayas cenado! — dice risueña.

Una vez sentadas, hablamos de cosas cotidianas y nos pusimos al día, su pareja Liam estaba en la producción de su próxima telenovela, y ella estaba sacando una especialización en trauma infantil. Su vida era un cuento soñado de toda mujer con sentimientos: matrimonio perfecto, tiene una hija preciosa que va en primaria llamada Sabrina, una Quinta en Alto los Roques, Palo verde. Era tan tranquilo, comodidades y buen estatus social…

Por fortuna la pequeña estaba con su abuela, por lo que no presenciaría a dos borrachas cuya conversación no era apta para menores.

Ahora, dadas las circunstancias no sé cómo soltaría esta bomba que se me atoraba en la garganta y que me generaba una vergüenza infinita, además ya intuía su reacción.

—Ajá, y que era tan importante hablar —suelta, y yo me estremezco—, mira que no se me ha olvidado.

Le doy un buen trago a mi copa.

—¿Qué cosa? —me hice la tonta con esa pregunta.

—¿Que me ocultas Castello? —pregunta con una mirada inquisitiva.

—Me acosté con Christofer —dejo escapar con la voz en un hilo.

—¿Ah? ¿Y por qué tanto misterio? Que novedad —me responde perdiendo el interés.

Con los ojos bien abiertos la miro, definitivamente no era la reacción que esperaba.

 — Dime que te enamoraste y ahí sí “me voy para atrás”

Imposible sentirme juzgada…

—Espera… Escuchaste lo que dije ¿verdad?

Helena le da un sorbo a su copa y me mira despreocupada.

—Obvio, dormiste con tu asistente. Ese no es el secreto mejor guardado, ya lo sabía… ¿Y donde está ese tal Christofer? Vino contigo o es algo relajado  y se van a dar un tiempo, ¿volverán a coger? Detalles. —pide— ¿Lo amas?

—¡Diablos, no! —exclamo, la sola palabra me da repelús.

Respiro y me dedico a verla una vez más, y ahí pude entenderlo… una leve confusión de nombres… ¡vamos Lyla tu puedes!, se más clara.

—Cuando llegué pasó algo muy gracioso —comienzo a decir, incapaz de ver más allá de mi copa—, choqué con un tipo, tomé el teléfono equivocado. Tenía tantas cosas en la cabeza… —volteo a verla de reojo y su afilada mirada me atraviesa. —. Lo que pasó es algo muy tonto la verdad, es muy raro que nos hallamos encontrado después de tanto tiempo, no significó nada, en serio. Sólo pasó y estoy bien lo prometo…

Temporales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora