"Tiraste gas, ¡ABANDONASTE!"

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El acto de cobardía más grande en la historia del fútbol: se jugaban los octavos de final de la Libertadores, y River se enfrentaba a Boca en otro duelo internacional. El conjunto de Núñez entró por la ventana y con una pésima fase de grupos; mientras Boca llegaba de ganar todos los partidos de su respectivo grupo. Pero para bien o para mal, una vez llegados los octavos no importa lo que pasó anteriormente.
El primer partido fue en el Imperio, y River pisó la cancha mientras lo envolvían los colores de un Monumental que se dejaba la garganta para hacer rugir un grito de guerra en aliento a la armada napoleónica, donde nuevamente el mundo se deleitaba contemplando otra muestra de verdadero amor. Y no importa si estabas en la cancha, hinchas del todo el mundo, y por todo el mundo, salieron a alentar al equipo de Napoleón por las calles: la filial en Nueva York copó las calles de la ciudad norteamericana, mientras que en Málaga los bares se llenaban para ver un partido de copa Libertadores, y lo mismo pasaba en Nueva Zelanda, donde centenares de hinchas mandaban sus fotos vistiendo con orgullo el manto sagrado. Ése era el marco que sólo nosotros podemos generar.
Volviendo al partido, fue horrible. River superó ligeramente a Boca, pero no por mucho. De hecho, el gol nació sobre el final a partir de un muy buen anticipo de Kranevitter -quién sino-, y el mismo tiró un pase para el "Pity" Martínez, el cual fue bajado dentro del área por Marín al verse superado.
Sánchez, muy decidido agarró la pelota y se paró frente a Orión. El uruguayo con su buen par de huevos puso el balón en el punto penal y sin importar la presión que lo rodeaba cambió el penal por gol, cruzando el remate y desparramando a Orión para la izquierda y dejándolo fuera de la foto.
River se llevaba un triunfo importantísimo y Boca se preguntaba "¿Otra vez?", pero la serie no estaba definida.
Ahora nosotros íbamos a la Bombonera y acá pudimos ver lo que en realidad es el conjunto de la Rivera: el primer tiempo River bailó táctica y futbolísticamente a su rival, sin generar peligro.
Se iban los primeros '45 y la hinchada, abrumada por el temor de verse afuera nuevamente contra el rival de toda la vida, ¿Qué hizo? Abandonó.
Un tal "Panadero" tiró gas pimienta en la manga de los jugadores de Napoleón, provocando ceguera temporal y graves quemaduras.
En tanto, los simios infradotados del asqueroso equipo xeneixe cantaban "River sos cagón", mientras lanzaban un drone con una banderita de la "B", que se posicionó sobre el tumulto de gladiadores lastimados por el enorme acto de cobardía que se había realizado para frenar la embestida del imperio más poderoso de América. Y para colmo, los guapísimos jugadores de Boca se pararon como para jugar, diciendo: "Acá estamos eh, nos la re bancamos".
Bostero, que cagón que sos. ¿Tanto miedo me tenés? Tirás gas, y después te hacés el guapo. Guapo era en la cancha, y ahí lo único que hiciste fue llorar. Como siempre, bah. Para colmo después te quejaste de que te descalificaron, mientras te gané un partido en mi casa y no te gané en la tuya porque no quisiste jugar más. Así como te quejaste de las patadas, mientras tus máximos ídolos se caracterizan por el juego rústico, y en tu historia diste más patadas que pases. Mirá que distintos somos, hijo de puta. Hipócrita.
River se cojía nuevamente en copas internacionales a un Boca descalificado por la CONMEBOL por abandónico. Y ahora, ¿Donde te vas a meter el "Yo en octa y Bos?", yo llegué a octavos, te volví a eliminar y ahora estoy en cuartos y con todo por delante, culo roto.
Siempre voy a ser el más grande del continente y vos un intento frustrado de equipo con huevos. Tener huevos es patear un penal como hizo Sánchez, o dar un pase atrás para asegurar la pelota bajo un estadio impaciente. Tener huevos no es pegar una patada asesina y lastimar al rival, eso es ser sucio. Y ese fuiste vos desde siempre, y cuando te pegaron a vos no te la bancaste.
River iba por todo, dejando a su eterno rival, una vez humillado a los ojos de todo el globo terráqueo.

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