"Mineirazo"

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Después de Boca, el "Millo" tenía que seguir con los cuartos de final esperando que algunos jugadores se recuperen después de lo sucedido en la Bombonera. Y no le tocaba una parada para nada fácil: enfrentaba al Cruzeiro de Brasil, que ya de por sí es complicado por ser un equipo brasileño, pero es todavía más complicado por ser un equipo tan competitivo como el Cruzeiro.
Antes que nada, aviso que se viene otra historia épica de las hazañas del equipo de Napoleón, que serán contemporáneas y recordadas por todas las próximas generaciones de hinchas de River.
Como siempre, y por terminar la fase de grupos como peor segundo, el conjunto de Núñez abría la serie de local y la cerraba, lógicamente, de visitante. Esto supuestamente es una "desventaja", pero a nosotros nos venía bien para conquistar nuevas tierras, como buen imperio que somos.
Bien, vamos a lo que nos compete: River recibía al Cruzeiro en su casa, nuevamente bajo un recibimiento que se podía ver desde el Arsat 1, y con un canto particular: "El que no salta, abandonó", ¿Para qué equipo será?
Independientemente de éstos factores, la armada napoleónica jugó muy mal y eso llevó a que el equipo brazuca consiga su primer tanto, y con él, la victoria ante un equipo desconcertado.
Muchos dijeron: "Ya está, están afuera", "En Brasil les hacen 5 más", miles de teorías rozando lo conspirativo, las cuales todas tenían la misma conclusión: River no pasa.
Pero Gallardo y sus dirigidos hablaron en la cancha: llegó el día del partido de vuelta en el Mineirao, con un buen puñado de hinchas de River presente.
Empieza la epopeya: River jugó el mejor partido de su historia. Lo BAILÓ al Cruzeiro en su cancha, ante su gente. Nadie pasaba la mitad de la cancha, paliza táctica y futbolística en todos los aspectos, todos atacaban y todos defendían conservando el equilibrio en todas las líneas, increíble presentación de los defensores del manto sagrado. El primer gol llegó gracias a Carlos Sánchez, producto de una jugada entre Mora y Teo, donde el colombiano puso toda su calidad en un pase filtrado para el uruguayo, dejándolo mano a mano con el arquero y así cruzar el remate y dar el primer gran golpe.
River no paró de atacar, y sobre el minuto '45 desde un córner de Rojas el cual vio la cabeza calva de Maidana entrar al área, la puso como con la mano para que el flamante defensor y uno de los gladiadores más aguerridos del ejército comandando por Gallardo logre la segunda conquista de cabeza para hacer callar a todo Brasil, mientras que Argentina explotaba haciendo mover nuevamente las placas tectónicas provocando un terremoto que arrazó con la ilusión de todo aquel hincha del Cruzeiro.
River, ahora, estaba adentro e imponiendo lo más importante: el fútbol.
Luego, en la exposición de excelencia futbolística de la lírica armada napoleónica, llegó un golazo de Teófilo Gutiérrez el cual venía siendo muy cuestionado, pero cuando quiso jugar, jugó.
El partido terminó como empezó, con un River dominador absoluto y abusando de un sumiso equipo brasileño, reducido ante la magnificencia del equipo más grande que tiene su principal rival a nivel de selecciones. Era un nuevo batacazo de éste equipo y ya van muchos, pero siempre con el objetivo de levantar la tan ansiada copa, jugando al fútbol y rompiendo ese mito de que "en la copa no se puede jugar". Jugamos en Brasil y ganamos 0 - 3 dando vuelta la serie. Para los gladiadores de Gallardo nada es imposible.
El mundo habló de la gran hazaña del equipo "Millonario", que también cerró muchísimas bocas e hizo esperar a los que aguardaban su caída para festejar la derrota, como perros de presa dispuestos a atacar ante el más mínimo error.
El logro será recordado como "El "Mineirazo"" para la posteridad, como una de las victorias más increíbles de equipos argentinos en Liberadores.
La armada napoleónica continuaba su camino y estaba a tiro de la final, en un excelente momento tanto futbolístico como anímico.
Llegaba el parate por la Copa América, y River tenía un merecido descanso después de tanta agonía, esperando las semifinales.

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