I

4.8K 260 11
                                    




-Vamos Valerie, te lo vas a pasar bien. Además, ¿Quién dice que no puedes conocer gente nueva?-Mi amiga Alex se acercó a mí con cara pícara.-Porfa-Me suplicó arrodillándose de manera suplicante sobre mi cama.

-Sabes que no me gustan nada ese tipo de fiestas, y no me digas de conocer a nadie, sabes que no quiero ningún hombre en mi vida-Contesté tumbándome de nuevo sobre mi cama.

La verdad es que no me apetecía nada. Llevaba semanas sin apenas salir de casa, más que para ir a la universidad y volver. No quería relacionarme con nadie, digamos que había creado una burbuja sobre mí en la que iba expulsando a la gente que se me acercaba.

Prefería no recordar el por qué.

-Venga Valerie, por favor, por mí.

Y ahí estaba de nuevo la carita de cachorro de mi mejor amiga.

-Vale-Contesté destapándome pero aún tumbada.

Observé cómo mi amiga se levantaba del suelo y aplaudía feliz. En realidad seguía sin apetecerme, pero lo iba a hacer por ella. Tras los malos tiempos que había pasado anteriormente, era la única que se había quedado conmigo a pesar de todo.

Se acercó a mí y depositó un beso sobre mi cachete, abrazándome luego y repitiendo una y otra vez sobre mi oreja que me quería. Sonreí y me levanté completamente.

-Bien, voy a ir a esa maldita fiesta, peeeeero...-Le miré y pude ver un tono de susto en sus ojos-Me tendrás que ayudar a vestirme, no sé qué ponerme-Le dediqué una sonrisa tranquila y el alivio corrió sobre su cuerpo.

-Pues, antes de nada señorita 'me quedo en casa estudiando'-recalcó esas palabras intentando imitarme y no pude evitar una sonora carcajada- vas a darte un baño, relájate mientras yo busco algo decente en tu armario.

Ahora quien estaba asustada era yo.

-Ah no,tú no me vas a vestir sin opinar yo. Sabemos lo que te gusta a ti, faldas demasiado cortas o vestidos que ni siquiera puedes agacharte para no dejar en vista lo que no quieres.

-Confía en mí Valerie, por favor-Dijo en tono enfadado, aunque bien sabía yo que no lo estaba.

Antes de meterme a la ducha vi como mi amiga sonreía abriendo mi armario.

Me dejé caer por la pared de azulejos de la ducha, la verdad es que necesitaba este momento de tranquilidad.

Las gotas de agua caían sobre mi espalda, mojando cada centímetro de mi piel. Dejé salir todos los monstruos que pretendían acechar esa noche y decidí olvidarme de todo por unas horas.

-Estás preciosa Valerie, te lo prometo-Me dijo mi amiga dándome un último retoque y girando la silla para poder quedar frente al espejo.

Sí que estaba guapa, sí. No recordaba tener unos ojos tan grandes ni una melena tan larga, ya que siempre la recogía en un moño o coleta.

Había hecho bien en confiar en mi amiga. Me había puesto un vestido color crema con las mangas en encaje y ajustado a la altura del pecho, pero sin insinuar nada y cayendo hasta un poco más arriba de las rodillas de manera natural.

Había alisado mi pelo, haciéndolo así más largo y había trenzado un lado, dejando todo el montón sobre uno de mis hombros.

También había maquillado mis ojos de manera que lucieran más grandes de lo que eran. Había puesto sombra de ojos dorada sobre los párpados y los había delineado con una línea un tanto delgada. Llenó de rímel mis pestañas y colocó un granate sobre mis labios.

Me calzó con unos simples zapatos de tacón negros, ni demasiado altos, ni demasiado bajos.

-Toma-me dijo sacándome de mis pensamientos y dándome una cartera negra-El móvil, las llaves y algo de dinero.

-Gracias-y le di un gran abrazo-por todo-agradeciéndole no solo esto, si no todo lo que había echo por mí estas ultimas semanas.

Me sonrió de la manera más sincera que pudo y comenzó a vestirse ella.

-¿Vamos?-Preguntó agarrando mi brazo.

-Vamos-Contesté cerrando la puerta de mi casa.

Mi madre no estaba por aquel entonces en casa, así que no tuve que pedir permiso a nadie.

Y mi padre, bueno, prefería no saber nada de él.

-¿Por dónde es la fiesta?-pregunté fijándome en la zona en la que estábamos.

-Estamos llegando, tranquila.

Unos pocos minutos después mi amiga aparcó su coche en una acera y se bajó, esperando a que me colocara a su lado.

-Te presentaré a unos amigos que conocí la semana pasada, te caerán bien-Me dijo adentrándome en la fiesta.

Mierda, mierda y más mierda. Estas fiestas no eran lo mío. Gente borracha, liándose por las esquinas. Colillas y vasos vacíos por el suelo y gente bailando y gritando en una parte de la casa como si no hubiera un mañana.

-Alex, sabes que no me gustan este tipo de fiestas-Dije aumentando la voz, ya que la música estaba  a tope.

-Lo sé, no vamos a estar en esta parte. Tenemos que ir detrás de la casa, allí está todo más tranquilo.

Mi amiga nos abrió paso entre la gente. Me choqué con bastantes espaldas intentando escapar de esa zona y si no llegara a tener reflejos, más de un vaso habría caído sobre mi vestido.

Por fin llegamos a donde estaban los amigos de Alex, algunos me sonaban de la universidad y a otros no los había visto en mi vida.


Alex saludó a todos amigablemente, dando un abrazo y dos besos a cada uno de ellos. Yo, por el contrario, me quedé ahí parada, sin saber qué hacer.

Mi amiga, llegó en mi busca y me acercó hasta una silla, presentándome a todos.

-Mira Vale, estos son Kevin, Jace, Eric, Alice, Megan e Ian.

Todos me saludaron con una gran sonrisa, e incluso las chicas, Alice y Megan, se levantaron de sus asientos para darme dos besos.

El último nombrado, Ian, sólo movió su cabeza hacia mí e hizo un gesto con ella, ni siquiera una mueca.

El muy imbécil, además de ser un macarra, por esos tatuajes y esos piercings que adornaban su cuerpo, resultaba ser un mal educado.

Las chicas decidieron ir a bailar. Me negué cuando me ofrecieron a ir con ellas, no me apetecía meterme entre tanta gente.

Los chicos decidieron ir a por sus bebidas y a por mi vaso de agua, ya que yo no probaría una gota de alcohol.

Cuando les dije que sólo quería agua, se sorprendieron, pero no dijeron nada, en cambio el mal educado sonrió burlonamente.

Se marcharon y me quedé a solas con él.

-Vaya, vaya, vamos a tener a la princesita pija con nosotros esta noche, ¿eh?-Soltó de repente.

-Perdona, ¿me hablas a mí?-Pregunté dudosa.

Esta vez clavó su mirada en mí y así estuvo unos minutos hasta que abrió la boca para decir algo.

-Sí, princesita.


Este es el primer capítulo de esta nueva historia. Espero que os guste, a los que la leáis y que me ayudéis con este nuevo proyecto. Votad y comentad si os gusta y comentarles a vuestros amigos que esta historia les espera. Muchisimas gracias!

EXCHANGE #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora