Un tornillo como tú

373 41 9
                                    

Dejé de correr después de unos pocos minutos, mi condición física y cansancio no me permitía hacer mucho. No me molesté en voltear hacia atrás. Seguí mi camino hasta la Universidad, al llegar pude ver a Hannia en la entrada.

-Hola-Me saludó con una sonrisa, pero al verme se borró de su cara-. Dios mío, Malena. ¿Qué te pasó?
-Nada-Susurré llegando hasta ella.
-Mentirosa. No entraremos hasta que me digas que pasó, ¿quién te hizo eso? ¡Te juro que le partiré la...!-Comenzó pero la corté.
-Si te digo que pasó, ¿no te alejarás de mí?-Pregunté al borde de las lágrimas.
-Jamás haría eso-Dijo abrazándome. Lloré en su hombro.
-Vamos al baño, ahí te cuento todo-Le dije y caminamos hasta los baños.
-Dime, ¿quién te hizo eso?, ¿tienes un novio golpeador?, ¿alguien de aquí te molesta?-Preguntaba Hannia sin esperar a que yo respondiera.
-No, no... Nada de eso-Susurré con la mirada baja.
-¿Entonces?-Preguntó con tristeza.
-Mi padre me hizo esto-Confesé por fin.
-¿Q-qué?, ¿estás hablando en serio?, ¿por qué te hace esto?-Preguntó atónita.
-Lo hace desde que tengo ocho años, dice que todas sus desgracias son por mi culpa-Conté con desagrado.
-¿A tu mamá le hace lo mismo?-Preguntó sin tener idea.
-No, mamá murió cuando yo nací-Dije con una risa amarga.
-Ay... Malena, ven aquí-Me dijo abrazándome.
-Ayer me golpeó hasta el cansancio, tengo la espalda llena de marcas y moretones-Dije llorando a mares.
-¿Qué jodidos tiene en la cabeza?
-Mierda. Es un infeliz-Dije amargamente.
-Tienes que hacer algo, Malena.  Denúncialo-Dijo seria.
-No, no, no-Dije llena de miedo-. No sería capaz.
-¡No puedes vivir con él!-Gritó.
-He vivido diez años aguantando sus golpes, dos años más no me pasará nada. Pienso irme en cuanto cumpla veinte-Dije decidida.
-Sabes que puedes contar conmigo para todo, ahora mi casa será tu casa, puedes venir a comer hoy-Dijo regalándome una sonrisa.
-Gracias, Hannia, en verdad gracias-Dije devolviéndole la sonrisa.
-Ahora eres como mi hermana. Vayamos a clases-Dijo y asentí.

Las clases siguientes las pasé hablando con Hannia de muchas cosas, sentía que respiraba mejor, el cuerpo ya no me pesaba tanto, claro que me dolía, pero era un poco menos el peso que cargaba.

La hora del descanso llegó y salí del salón con Hannia a mi lado. Nos sentamos en la misma mesa que un día antes y Hannia se fue para ir a comprar algo. Estaba metida en mis pensamientos cuando escucho que alguien me habla.

-He decidido algo-Escuché su ya familiar voz.
-¿Qué quieres?-Pregunté soltando un bufido.
-Empezaré a ir al gimnasio, te encanta correr y no tengo una buena condición física para salir detrás de ti, pero eso cambiará-Dijo ignorando mi pregunta.
-Si salgo corriendo es para alejarme de ti-Dije enfadada.
-Vamos, Malena. Recuerda que somos amigos-Dijo sonriendo.
-Eres un dolor de cabeza-Dije suspirando.
-Almenos causo algo en ti-Dijo y me sonrojé al escuchar eso.
-Idiota-Murmuré.
-Un idiota que te hace sonrojar, me encanta verte así-Me dijo al oído.
-Por favor... No, no te me acerques así-Dije temblando.
-Perdón, perdón. Tranquila, no te haré nada-Me dijo alejándose de golpe.
-Por favor, no te acerques tanto a mí-Dije casi llorando. Desde esa vez el acercamiento de cualquier hombre me ponía mal, muy mal.
-No era mi intención hacerte sentir incómoda-Dijo asustado. Ahora me sentía culpable.
-No te preocupes-Susurré.
-Puedo irme si quieres...-Dijo parándose de la silla.
-No, no es para tanto-Dije tomándolo de la muñeca.
-Está bien-Me dijo con una sonrisa-. Oye, estaba pensando en invitarte al cine.
-¿Qué? Estás loco-Dije soltando una risa.
-Bueno... Un loco como yo necesita un tornillo como tú-Dijo sonriendo ampliamente.
-Estás loco si crees que voy a aceptar-Dije riéndome.
-No perdía nada en intentarlo-Dijo riendo junto conmigo.
-Hey, Zurita-Habló Hannia llegando hasta la mesa.
-Hola, Hannia-Saludó él.
-¿Qué te trae por esta mesa?-Preguntó sentándose frente a mí.
-Vine a hacerle compañía a Malena-Dijo mirándome de reojo.
-¿Sabes? Estoy empezando a creer que le tiras la onda a mi amiga-Dijo Hannia llevándose un pedazo de burrito a la boca.
-Crees bien-Dijo mirándome. Me sonrojé con furia.
-¡Qué bellos son!-Soltó Hannia y la fulminé con la mirada.

Juanpa no se separó de nosotras en todo el descanso, se integraba a nuestras conversaciones y hacia una que otra broma, después de todo no era tan insoportable.

Volvimos a clase y cada quién tomó un rumbo diferente; Hannia tenía matemáticas, Juanpa Historia y yo Español. Me senté en el primer pupitre que encontré vacío y esperé a que la clase terminara.

Después de esa clase solo compartía dos con Hannia y la última con Juanpa. Pasé las horas igual; aburrida y haciendo apuntes que quizá olvidaría al salir de aquí. Cuando la penúltima clase terminó caminé hasta el salón de Artes Visuales. Cuando entré busqué un pupitre para sentarme pero alguien llamó mi atención.

-¡Por aquí, Malena!-Gritó el chico de cabellos dorados.
-Hola-Saludé sin muchas ganas.
-Creo que el día ya te ha consumido casi por completo-Bromeó.
-Estoy muy cansada-Admití.
-No me gusta ver tu cara tan magullada-Dijo observándome.
-Sin los golpes seguiría siendo fea-Dije.
-¿Quién te hizo eso?-Preguntó sin quitarme la mirada de encima.
-La clase va a comenzar, pon atención-Dije sacándolo de su trance.
-¡Bien muchachos! El día de hoy quiero que trabajen con el cuerpo humano, van a dibujar el rostro de algunos de sus compañeros, quiero que elijan a alguien-Habló la profesora.
-¡Quiero a Victoria!-Gritó una chica desde el fondo.
-¡Quiero a Pablo!-Gritó alguien más.
-¡Quiero a Juan Pablo Zurita!-Gritó una chica detrás de nosotros. Volteamos los dos de inmediato; Jessica había pedido a Juanpa.
-Creo que le gustas a Jessica-Le dije riendo.
-¡Quiero a Malena!-Gritó Juanpa.
-Y tú me gustas a mí-Me dijo sonriendo victorioso.
-Idiota-Dije rodando los ojos.

Entre el Cielo y el Desastre.✓ •Juanpa Zurita•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora