― Hola, Izzie ― sonreí sentándome en el sillón de al lado de su camilla.
― Hola ― me devolvió la sonrisa.
Me alegraba verla sonriendo, feliz.
Amaba su sonrisa.
―Te he traído... ― volteé a la izquierda buscando entre la bolsa de papel―, te he traído unos pastelillos de fresa. Tus favoritos.
Esperaba haberme encontrado con la misma sonrisa de hace unos segundos. Aquella bella sonrisa que reflejaba felicidad.
Pero no fue así.
Tenía una sonrisa gigante aún en su rostro, sí, pero ahora lágrimas la contorneaban bruscamente.
La observé durante unos segundos y ella frunció el ceño.
¿Qué dije? ¿Qué hice mal? ¿Por qué lloraba?
No me contuve y lancé la pregunta, esperando una buena respuesta que mis oídos ansiaban por escuchar.
― ¿Por qué lloras, Izzie?
Supongo que no debí de haber hecho la pregunta, pues una carcajada, seguido de un "no me toques" junto con algunos otros insultos entre dientes y un portazo, fue lo último que escuché antes de que se encerrara en el baño durante toda la noche.
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Hospital lover.
Short StoryProméteme algo: siempre creerás en la frase: "Si fueron hechos para estar juntos, el destino de encargará de unirlos.", porque amigo, es jodidamente cierto eso. No importa la mala vida que tengas, el destino siempre se encargará de juntarte con la p...
