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Desesperación y angustia eran las palabras perfectas para describir los sentimientos que nos inundaban a Michael y a mí en la sala de espera en este momento.

Todavía no sabíamos noticias nuevas de Izzie. Lo único que sabíamos era que después de tener el ataque le inyectaron muchos sedantes porque su cuerpo los rechazaba, y se la llevaron inconsciente.

Constantemente uno de los dos soltábamos algún que otro quejido o maldición. Nos sentíamos impotentes y mal, muy mal.

Una enfermera salió y nos llamó a ambos.

― ¿Cómo está? ―preguntamos al mismo tiempo. 

La enfermera nos miró apenada y con tristeza.

Oh no.

No, no, no.

Ya sabía lo que iba a decir.

No quería que lo dijera.

No aceptaría la realidad.

Me niego a eso.

Juro que si lo dice gritaré.

La enfermera agachó la mirada durante unos segundos, y suspiró antes de decir: 

―Lo sentimos señores. El hospital asume completamente la responsabilidad por la muerte de Izzie Brown a causa de una sobredosis accidental que se le ha aplicado a la señorita por su ataque. Realmente lo lamentamos.

Y grité.


Hospital lover.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora