Epilogo

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Un torbellino de cabello lacio y café, ojos verdes como el bosque y hoyuelos, soltó la mano de su abuela y corrió por los pasillos del hospital. Las puertas tenían números, pero ninguna era la dos-ocho-cero como había escuchado a su abuelita decirle a su tía Zoe cuando fue por él al centro comercial donde su tía tenía una tienda. En una esquina volteó a la derecha y se tropezó con una enfermera, que se sorprendió al verlo.

—¿Qué haces aquí pequeño? ¿Perdiste a tus papis? —el pequeño hombrecito no sabía si responder o no; papi siempre le había dicho que no debería hablar con extraños y papá decía que si se sentía perdido enseñara su pulsera... ¡Claro, la pulsera! Levantó la manita para enseñarle a la mujer que se encontraba enfrente de él y con cuidado, la enfermera tomó su manita y leyó las letras en su pulsera —¿Así que tus papis son los Tomlinson-Styles?

—Si —contestó el pequeño.

—Tienes suerte el día de hoy, estuve con tus papis desde ayer por la noche y se exactamente dónde están.

—¿De verdad? —preguntó con ilusión.

—La habitación dos-ocho-cero para ser exactos —cuando escuchó el número de habitación que tanto había buscado, no pudo evitar sonreír.

—¿Puede decirme donde está la habitación? —dijo emocionado

—¿Qué te parece si te llevo hasta tus papis Kyle? —Kyle asintió y tomó la mano de la enfermera, que después de todo, no parecía una mala persona. Caminaron por otros pasillos hasta que llegaron a la puerta con los números dos-ocho-cero, era un gran alivio para el pequeño que en la escuela le enseñaran a distinguir los números. Con un golpe en la puerta y un "adelante" del otro lado, la enfermera y el pequeño entraron a la habitación.

Cuando Kyle vio los rizos de su padre, corrió apresuradamente hasta él.

—¡Papi! —el ojiverde volteó sorprendido al escuchar la voz de su hijo y en el instante en el que lo vio, abrió sus brazos para que el pequeño se lanzara a ellos.

—¿Kyle? ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Dónde está la abuela? —preguntó abrazando a su hijo.

—Lo encontré por los pasillos buscando la habitación, estaba un poco perdido y decidí ayudarlo —dijo la enfermera.

—Kyle... ¿Qué te he dicho sobre escaparte de tu abuela?

—Que no debo hacerlo —respondió el pequeño— pero yo quería llegar hasta dónde estaban ustedes, quería conocer a mis hermanitos...

—Lo sé pequeño, pero pudiste haberte perdido y si no hubieses encontrado a la enfermera Marie, no quiero saber lo que te hubiese pasado —dijo el rizado abrazado fuertemente a su hijo.

—Lo siento papi —respondió el pequeño.

—Solo no lo vuelvas a hacer ¿Entendido? —el pequeño desenvolvió sus bracitos del cuello de su papi y asintió— gracias por encontrarlo Sandy —dijo el rizado a la enfermera

—De nada señor Tomlinson, si no se les ofrece algo más, me retiro.

—Todo está bien, gracias Sandy —y con eso la enfermera salió del cuarto— ¿Dónde dejaste a tu abuela Kyle?

—En algún lugar del hospital —dijo el pequeño sonriendo como solía hacerlo cuando hacía una travesura.

—Algún día me vas a matar de un susto Ky.

—¿Papá está dormido?

—Sí, igual que tus hermanitos —Harry llevó a Kyle hasta donde los nuevos integrantes de la familia estaban dormidos— el de la derecha es Cameron y el de la izquierda es Charlie.

Los pequeños habían llegado tres semanas antes de lo planeado, pero afortunadamente sus pulmoncitos se habían desarrollado sanamente, por lo que no era necesario que fueran entubados para que puedan respirar, pero pasaran una semana en cuidados neonatales por seguridad, como Kyle lo había hecho.

—¿Algún día tendré una hermanita? —preguntó Kyle.

—Papá no está muy convencido de tener más bebés campeón...

—¡Pero en nuestra casa hay mucho espacio para más hermanos y hermanas! —exclamó con entusiasmo el niño.

—Uno a la vez Kyle

—¡Pa! —dijo sonriendo el pequeño al escuchar a su papá, yendo hasta la cama de su padre y subiéndose.

—Con cuidado Ky —dijo Harry.

—¿Ya viste a tus hermanitos? —preguntó Louis.

—Sí, pero aún no abren sus ojos y son muy pequeños —el ojiazul soltó una carcajada.

—Es porque son bebés, espera a que tengan tu edad y van a ser una pequeña amenaza al igual que tú.

—¡Hey! ¡No soy tan travieso!

—Lo dices como si tu abuela no estuviera perdiendo la cabeza en este mismo momento porque no sabe dónde estás.

—¿Te escapaste de las manos de tu abuela Kyle? —preguntó Louis.

—Ya le dije a papi que lo siento...

—Kyle... —y justo en ese momento la puerta de la habitación se abrió, y la mamá de Harry entró rápidamente.

—¡Por el amor de Dios Kyle, no vuelvas a hacerme esto!

—Lo siento abue —dijo el pequeño.

—Si los pequeños tienen la misma habilidad de Kyle de desaparecer, ambos están perdidos —declaró la mamá de Harry haciendo sonreír al ojiazul y al ojiverde porque su pequeño hombrecito era muy astuto.

***

Atender a un niño puede ser complicado, atender a dos lo era aún más. Cuando uno lloraba, lo más obvio era que el otro comenzara a llorar después de un rato. Louis apreciaba cuando Kyle estaba en la escuela, Harry en el trabajo y los gemelos dormían plácidamente para descansar todo lo que podía porque cuando Kyle llegaba, los gemelos se despertaban y Harry llegaba después.

Eran las cuatro de la madrugada cuando uno de los gemelos comenzó a llorar y luego comenzó a llorar el otro.

—Harry... —gruñó el ojiazul.

—Ya voy, ya voy...

El rizado frotó sus manos en su cara y bajó las escaleras hasta la cocina, en donde calentó dos biberones que ya estaban previamente preparados y subió hasta el cuarto de los gemelos.

—¿Quién será el primero en tomar su biberón? —Charlie era el que estaba llorando más fuerte, mientras Cameron solo sollozaba, así que Harry decidió que dormir a Charlie era la mejor opción. Lo levanto de su cuna y tomó uno de los dos biberones, se sentó en la mecedora y comenzó a cantar suavemente hasta que Charlie se quedó profundamente dormido dio unas cuantas palmaditas a su espaldita y lo puso en su cuna. Luego tomó en brazos a Cameron, quien ya casi no estaba llorando y volvió a repetir el mismo proceso.

—Creo que tú serás el más tranquilo de tus hermanos Cam —dijo poniéndolo en su cuna para luego darle un beso en la frente a ambos y salir del cuarto.

Cuando llegó a su habitación, abrió lentamente la puerta sin hacer demasiado ruido y se acostó lentamente; pronto, Louis estaba recostado en su pecho.

—¿Crees que necesitamos añadir cosas al manual?

—Necesitamos agregar cosas sobre como sobrevivimos sin muchas horas de sueño.

—Debemos hacerlo.

—Mástarde, definitivamente más tarde —y con eso, cayeron profundamente dormidos,abrazados el uno del otro, y con la promesa de que más tarde, el viejo cuadernoque tenía escrito en la portada 'manual para padres', volvería a estar en elburó. 

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Eso es to- eso es to- eso es todo amigos!!    

Manual para padres [Larry Stylinson] [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora