Capítulo 54

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Era de madrugada cuando salimos de la fiesta. De camino para casa, montados en el coche, mi flamante y guapísimo marido no dejaba de repetirme lo mucho que ama. Ains, si es que se me cae la baba con todo lo que me dice y más mirándome con ese brillito en sus ojos.  Sin duda, el es dueño de mi corazón. Lo miro a sus preciosos ojos avellana más brillantes que nunca pasando mis manos por sus mejillas. Me acerco más a él para deleitarme con sus besos.

Al entrar a casa, nuestra temperatura ha subido, impacientes comenzamos a quitarnos la ropa con las respiraciones alteradas.
Rodeo con mis manos su nuca para aproximarme más a él, necesito sentir su piel rozándose con la mía. Notar como sus labios se deslizan por mi cuello para ir bajando despacio hasta mis pechos. Mi cuerpo no tarda en encederse, despacio me tumba en el sofá apartándose un poco observo como sus ojos se van moviendo de arriba a bajo, acariciando mis acaloradas mejillas me susurra lo preciosa que soy.

--Naiya, eres tan hermosa.

--Eso me lo dices porque me miras con buenos ojos.

--Naiya, cuando te darás cuenta que no te hace perfecta tu cuerpo si no tus sentimientos. Eres perfecta tal y como eres y yo estoy locamente enamorado de ti.

--Caden...

No pude seguir hablando, quería hacer el amor con el hombre más maravilloso del mundo, el único que me ha demostrado lo que siente de verdad por mí.

A solas, miro por la ventana el amanecer pensando en las vueltas que da la vida. Mi historia empezó cuando entré a trabajar en la empresa de Noé, ese hombre guapo que me ilusioné como una tonta. Quedé embarazada y aun así nunca perdí la esperanza de poder estar a su lado. Sin embargo el destino puso a Caden en mi camino. Y aquí estoy mirándolo como duerme y sonriendo de lo feliz que me hace. Si digo que tengo que cambiar algo en mi vida, lo haría. O no. No sé. Pienso que de los errores se aprende, cada vez que nos caemos y volvemos a levantarnos somos un poco más fuertes y sabios.

Hoy la casa parece un caos, hemos invitado a mis padres, doña Uralia y Martín, Edu y Clara a comer. Sin duda estar rodeada de las personas que quieres te hace sentir especial. Y así me encuentro, pero sigo preocupada por Uralia y Caden, me duele mucho ver como se siguen tratando como tía y sobrino cuando en realidad son madre e hijo. Ah no. Esto lo soluciono yo como que me llamo Naiya.

Me acerco a mi marido comentándole que me ayude con las bebidas. Después me dirijo a doña Uralia diciéndole que me ayude a preparar la mesa.

Mi plan parecía ir bien, los tres nos encontramos en el jardín. Con disimulo le agarro la mano a mi marido y a Uralia para que la entrelazasen. Los dos se miraban con tanta ternura, yo preferí dejarlos solos para que pudieran hablar.

Pasé a la cocina para continuar con la comida. Vale, no pude, me comía la curiosidad. Me acerqué a la ventana y pude observar como hablan, como sus ojos se llenaban de agua y lo que más me hizo sentir mas orgullosa de Caden fue como abrazaba a Uralia llamándola madre.

En la cocina llorábamos todos emocionados.  Al parecer no soy yo la única cotilla.
Al salir al jardín abracé a Uralia,  susurrándome al oído 《mi hijo》

--Uralia ya tienes a tú hijo a tu lado. Lástima que hayan pasado muchos años.

--Sí, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y ahora me siento muy feliz de ser abuela, todo te lo debo a ti Naiya. Eres un ángel.

--Verdad mamá que soy afortunado de tenerla a mi lado. Naiya es la mujer más hermosa, noble y generosa del mundo entero.

--Si vamos. Espérate que me crezca la tripa y avesi me lo repites.--Nos echemos todos a reír y dimos comienzo a la comida y a un día feliz para recordar.

ASÍ SOY YO  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora