Capítulo 28

3K 349 11
                                    

    La  noche es cálida, por mi ventana pasa una brisa que hace que el vello se me erice, no dejo de pensar en todo lo ocurrido. El ver así a Víctor es todo un martirio para mí. Pero en el fondo me alegro de verlo  tan repuesto, ha sido muy valiente, lo ha conseguido. Miro hacia las estrellas dándole las gracias porque en el fondo todo está saliendo bien para las personas que quiero.

Por la mañana temprano bajo a desayunar con doña Uralia, hablamos de todo un poco, me encuentro algo mejor, le comento que he decido ir a contárselo a Noé no deseo que se entere por terceras personas. Con la ayuda de doña Ularia me arreglo me pongo un vestido algo grande, no se me nota aún mi tripa pero mejor así nunca se sabe, me maquillo algo, quiero que me vea radiante. Una sonrisa sale de mi interior encontrándome algo sensible pero feliz. Agarro mi bolso, llamo a un taxi en breve ya estoy en el edificio.

Dios mío cuantos recuerdos me trae, aquí fue donde lo conocí, donde me enamoré como una tonta. Ahora después de varios meses ya es hora  que dé el paso.  Lo primero es llamar a Edu, el muy sonriente como siempre me saluda, hablamos con las empleadas de recepción y estas me dejan pasar. Subo a lo que fue mi antiguo empleo. Saludo a Ana la recepcionista, charlamos un rato, ella me informa de toda la novedad, incluida la nueva novia de Noé.

Aparentemente muestro como que nada me estuviera afectado, pero por dentro siento una llama que me abrasa.  Me siento para hacer espera para poder hablar con él, en ese momento me siento perdida, no sé si hablar con él o salir corriendo. Pero como doña Uralia y mi madre me han dicho  tengo que decirselo.  Alzando mi vista observo a través de los cristales de la oficina de Noé una mujer alta, delgada, guapa, morena con unos ojos grandes marrones, está sentada al lado de él, Noé sigue tan guapo y elegante como siempre. Diviso  como se contemplan mutuamente, no lo puedo soportar, no puedo ver como Noé la acaricia con una mímica, sus ojos brillan al tacto de ella. Se ve radiante, tan alegre, el tiempo que lo he conocido nunca antes lo he visto así. Se levantan despidiéndose con un beso tan tierno, el no deja de mirarla con admiración. Dentro de mí siento aversión por lo que le está haciendo. Lo que a mí me negó. Comienzo a afligirme implorando un pesar de estar tan cerca de él, pero al mismo tiempo tan lejos.

Ana me da el aviso que puedo pasar, yo trazo una sonrisa que no me sale de dentro. Paso dentro, todo está tal y como lo recordaba.  Su gesto ha cambiado totalmente, su ceño se fruñe, yo comienzo a inquietarme bajo su mirada.

-Buenos días señor Robles como se encuentra.

-Hola Naiya, qué quieres. Me dice con voz fría.

Trago saliva unas cuantas veces jugando con mis dedos, necesito estar tranquila no deseo que me vea de lloriquear.

-Pues venía para hablar contigo.

-¿Así? ¿Se puede saber qu5e quieres?

Que quiero me pregunta, decirte la verdad, pero ahora no sé ni cómo voy a empezar. --Pues mira, venía porque te acuerdas lo que paso aquella  tarde entre nosotros.

-Si Naiya me acuerdo perfectamente, pero si me disculpas quiero decirte que eso ya pasó. Desearía que te olvidases de ello. Yo he conocido a Elsa, una mujer magnifica, la quiero mucho y como comprenderás no desearía que nada ni nadie me estropeara mi felicidad.

-Noé yo no puedo olvidarlo. Escúchame por favor.

-Naiya si dejaste a Víctor tus motivos tendrías, ahora te pido por favor que olvides lo que pasó aquello fue un error que no tenía que haber pasado.

-Entonces Noé, lo que pasó aquel día solo fue un error. Ahora lo entiendo todo yo para ti he sido un error.

-Tampoco es eso Naiya.

-Tranquilo lo superaré, venía también para si me podías dar un puesto de trabajo. Necesito dinero, no he encontrado nada de trabajo.

-No, no puedo volver a readmitirte de nuevo. Si quieres dinero toma te doy un cheque. ¿Cuánto necesitas?.

Mis ojos comienzan a llenarse de agua, en mi garganta siento un nudo lleno de un dolor insostenible en mi pecho. Mi mano acaricia mi vientre, por ti hijo, por ti tengo que humillarme, necesito ese dinero para comprarte cosillas. Nunca antes había hecho algo así pero por mi bebé hago lo que sea necesario. Si tengo que humillarme ante el para que me una limosna lo  haré. No me queda de otra.

--No sé, lo que tú quieras darme. Logro responderle.

-No se te viene bien dos mil euros.

-Perfecto. Lo que me des estará bien.

-Bueno como fuiste buena empleada te voy a dar mil euros más. Toma aquí tienes el cheque mañana ya lo puedes cobrar.

-Gracias, Noé-- digo resbalándose unas pequeñas gotas por mis pómulos. Te deseo lo mejor, la mayor felicidad del mundo, yo no volveré a molestarte más. Siento mucho tener que aceptar este cheque, pero no lo estoy pasando muy bien que digamos.

--Naiya, por qué no tienes trabajo, con la referencia de la empresa deberías de haber encontrado ya.

-Noé en mi currículum no he puesto que trabajé aquí, no deseo darte más molestias.

-No es molestia, es mi deber. No puedes estar sin trabajar.

-Bueno es lo que hay. Me marcho, cuídate mucho. Adiós Noé.

Me marcho paso al primer baño que veo para deshacerme de la congoja que tenía hay guardada. No lo soporto más, este dolor está acabando conmigo. Que me olvide de ti, que me olvide de lo que pasó, por favor que me explique alguien como se hace eso, si estoy esperando un hijo tuyo.

Lentamente me voy desplomando al suelo siento los fríos azulejos en mi espalda, me hago un ovillo dando comienzo a esta consternación que está pudiendo conmigo más y más.

Siento unas leve tacto, alzo mi vista encontrándome a mi amigo, como bien me conoce me abraza acariciando mi cabello. Algo más tranquila me lavo mi cara, me recompongo mi vestido mi pelo. Finjo una sonrisa, agarro del brazo a mi amigo para salir de aquella oficina que solo ha destrozado parte de mi vida.

Llego a casa de doña Uralia, la mujer me mira todo preocupada, mi pequeño sufrimiento vuelve a emerger me abalanzo sobre doña Uralia para que me consuele. Después me marcho para mi habitación para repasar una y otra vez las palabras  que Noé me ha dicho. Me maldigo a  mí misma por la estupidez que hice, a día de hoy no se en que estaba pensando cuando llamaba a todo el mundo para que me proporcionara alguna información sobre él. Logré localizarlo y sin dudarlo marché  tras  él, y todo para qué, para qué me responda afirmándome que todo lo que paso entre nosotros fue un error. Yo he sido un error en su vida. Una idiota que se enamoró del hombre equivocado.

ASÍ SOY YO  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora