Se repite el final.

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La noche dejó de adorarte, pero mis letras no paran de recordarte. Que final tan pobre, dejamos caer la estaca sin ningún tipo de remordimiento, dejando que lentamente penetrara entre tú y yo, reflejando el final que ya veía inevitable. Ganó la vida, ganaron todas esas decisiones que me llevaron hasta aquí, siento como si me hubiesen extirpado el corazón, o por lo menos lo que quedaba de el.
La esperanza se alzó ante mí, tomo sus cosas y se marchó en silencio, no se si volverá, pero cada quien debe aprender a vivir en la salvacion de su luz o en su infierno eutanasico, hasta que todo pueda estar en su lugar, hasta que se vuelva a escribir una nueva historia.

Tartamudo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora