Después de medio día.

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Fue una mañana en la que desperté sin querer hacerlo; mis piernas bajaron tan rápido las escaleras que cuando parpadee instantáneamente aparecí en la cocina. Prendi un fosforo y el humo impregno mi cara como a mis fosas nazales, deje que el gas saliera, inhalándolo también.  Mientras se calentaba el sarten me imagine paseando por un un campo frondoso sobre mi biciclera, sintiendo como la yerba se enreda en mis llantas y poco a poco le bajan la velocidad a mi impulso, para finalmente dejar que los egenes de los charcos aledaños me acuchillaran las piernas. Abri los ojos y el aceite sobre el sarten tenia hormigas.






  la ruta nocturna de 4 kilómetros supera cualquier Opio que puedan imaginar.

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