Imaginas de Shawn Mendes

Son...

Shawn y yo llevamos 1 mes juntos y como el está de gira, no nos vemos mucho, pero el está cumpliendo su sueño y no voy a ser yo la que se lo impida, de hecho sería capaz de hacer cualquier cosa para hacerle feliz, cualquier cosa.

Hoy llegaba y tan solo faltan 2 horas para verlo, estoy súper nerviosa.
Me puse a ver la tele para calmar mis nervios y me tumbé en el sofá.

Noté una mano en mi hombro y un susurro que no lograba comprender, al habrir los ojos y destañear muchas veces seguidas pude aclarar la vista y ver a Shawn con una sonrisa en el rostro.

-Hey little muffin, te quedaste dormida.

-Oh Shawn, lo siento, ¿cuando llegaste?

-Ahora, bueno hace diez minutos pero es que no te quería despertar.- me dio un beso en la frente y se fue a la cocina- además tengo una sorpresa.

-Shawn, sabes que no me gustan las sorpresas y menos cuando acabo de levantarme.

-Ya pero...-las palabras flotaron por el aire a medida que se iba acercando a mi, posó sus mullidos labios junto a los mios y me dio un tierno beso, que para mi fue demasiado corto.-Venga vamos, llegaremos tarde.

Salimos y nos subimos al coche, durante el trallecto nadie habló y estuvimos en silencio, a mi no me molestaba ese tipo de silencios, al contrario.
Al llegar bajamos y entramos, estaba todo oscuro y no se veía nada de nada.

-¿Shawn que es este sitio? ¿Acaso te quieres deshacer de mi y me vas a matar o algo por el estilo te mato, te corto y te como?-Escuché a Shawn reírse y juraría que habría negado con la cabeza.

Las luces que esperaba que se encendieran estaban en el techo pero en cambio se encendieron unos cilindros llenos de agua, cada cilindro era de un color distinto.

-¿Son... Son medusas?- Shawn asintió rodeandome con un brazo.- Wow, son preciosas, mira como se mueven, es tan armonioso y lento que parece que son nubes.

-Describeme una historia entre ellas, como tú sabes.

Empecé a poner distintas voces y me inventé una historia, no entiendo porque le gustan tanto.

-Te quiero-me quedé paralizada al oírlo, nunca me había disco te quiro, me hacerquue a el y me acerque a el y me senté en sus piernas.

-Yo también te quiero.