Unas copitas de más

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Hay que cambiar la cerradura, sip, definitivamente hay que cambiarla, no se para de mover.

Intento meter la llave en la cerradura pero ésta se mueve sin parar, aunque tal ves sea la puerta. La miro y también se mueve. Hay que cambiarla.

Tras estar quince minutos intentando abrir la puerta pongo las manos en ella para que se quede quieta.

—Parate quieta de una vez — me quejo y al ver que no hay resultados las despego y miro a la puerta— eres una puerta, no te deberías de estar moviendo. Al menos dejame entrar.

Me concentro en la cerradura e intento meter la llave. Fallo. Lo intento y vuelvo a fallar, y así hasta que me canso y empiezo a pegar a la puerta.

Le intento hacer un placaje pero lo único que siento es; haber estado unos cuantos segundos en el aire y el suelo recibiendome. Me quejo por el dolor que me ha causado la caída y abro los ojos para ver que ha pasado. Estoy dentro de casa.

—Estoy dentro. No me lo puedo creer, estoy dentro. Quete jodan maldita puerta— digo levantandome con una sonrisa triunfadora.

Intento levantarme pero el costado me duele como el demonio.

—¿Qué se supone que estabas haciendo t/n?— dice Shawn ayudandome a levantarme.

— Un placaje— digo lógica.

—No si ya lo he visto que le has hecho un placaje— dice frunciendo el ceño.

—No del todo porque no la he placado, pero quería.

—Sí bueno, vale, muy normal todo— dice Shawn esperando a que me de cuenta de que es ilógico.

—Tengo sed— me doy la vuelta para ir a por agua y gracias a los tacones pierdo el equilibro.

Me esperaba otro golpe contra el suelo pero no llegó porque unos brazos me atraparon antes. Miro a Shawn y le sonrio y él me sonríe de vuelta.

—Hay que cambiar la puerta— Shawn frunce el ceño y hace una mueca graciosa— se mueve.

Salgo del agarre de Shawn y me dirijo hacia la cocina. Camino con cuidado pero no puedo evitar perder el equilibro.

Doy un paso y el pie se me va hacia un lado pegandome un susto que hace que pierda el control en el otro. Shawn hace el amago de sujetarme.

—¡No! Estoy bien— me estabilizo y sonrio— ya está. ¿Lo ves? Estoy bien— escucho una carcajada y miro a Shawn.

—¡No me lo puedo creer!— dice riendo— ¡Estás borracha! T/n borracha, no me lo creo— dice sonriendo y riéndose cada vez que me mira. Mi cara es como la que ponía en las clases de mates, de no entender nada, pues así — Es increíble.

—¡Yo no estoy borracha! Estoy bien— digo con una sonrisa y miro a mi alrededor—No me fastidies— digo anonadada— hay que cambiar la casa también. Que fastidio tío— digo volviendo a reprender el camino hacia la cocina pero Shawn se pone delante de mi obstruyendome el paso. Le miro y se mueve como hacía la puerta— Uy, y de novio— Shawn se ríe y me coge de los hombros.

—No amor, la que se mueve aquí eres tú — dice entre risas.

—Entonces... A la que hay que cambiar es a mi— digo alarmada— No puede ser. ¡Voy a ir a la basura!

—No t/n, nadie te va a cambiar porque eres perfecta tal y como eres— dice Shawn acariciándome la mejilla.

—¡No, si yo lo digo por los tacones! ¡Son nuevos!— digo entre sollozos sin lágrimas y Shawn intenta no reírse—¡No te rías! ¡No es gracioso!

Imaginas de Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora