SOMEONE LIKE YOU

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Imagina...

—Se ha casado—te dijo tu mejor amiga al ver que estabas dispuesta a todo con tal de alcanzarlo en Londres.

—No, él no pudo haberse casado, no—contestaste tú negándote a creer lo que te decían al mismo tiempo que las lágrimas caían por tu rostro—él me dijo que me amaba.

—Pues, debiste saber que como todo hombre dice mentiras—te contestó ella al ver que comenzabas a tomar tu bolso y te ponías tu abrigo, hacía frío en ese momento. Tú mirándola a los ojos tratando de no llorar le contestaste—él no se casó... él me ama a mí—en ese momento saliste de tu departamento con el viento pegándote en la cara, tenías clases de la universidad pero no te importaba, hoy no asistirías, lo único que querías era verlo, era preguntarle el porqué de su abandono, lo que te importaba era saber si de verdad él alguna vez te amo o si... sólo eran mentiras. Cuando caminabas por la calle mirando al piso recordaste una y otra vez esa ocasión en la que lo conociste, los recuerdos llegaban a ti como un invierno en diciembre...

********

— ¿Puedes dejarme pasar pedazo de...?—en ese momento giraste en ti misma y lo viste a él ahí, de pie, sosteniendo un libro—oh disculpe señor... ¿un minuto? Oh por Dios ¡Eres.... Eres!—en ese instante él se rió a la vez que tú te sonrojabas y literalmente enloquecías. Él te contestó sonriéndote y abriéndote el paso—Soy Tom Hiddleston ¿Cómo te llamas querida?

—Me llamo... ¡Oh por Dios! ¡Eres Tom Hiddleston!—gritaste a la vez que él te decía—¿es tan confuso?

—Lo siento es que... cielos. Venía para conocerte pero... verte ahora en estas fachas—bromeaste mirando tus jeans y tu vieja blusa, él te dijo besando tu mano—mucho gusto linda, y... son las más bellas "fachas" que he visto, querida, en recompensa al bloqueo de paso para que caminarías libremente ¿me aceptas una invitación a cenar?—entonces tú sonriéndole tímidamente le contestaste con la frase que cambiaría el rumbo de ti vida, tu corazón... para siempre—Me encantaría.

*********

Continuabas caminando a la vez que llegabas al sitio donde se besaron por primera vez, él vino a donde tú vivías esa ocasión, la ocasión en la que... te pidió algo que no pudiste darle, la ocasión en la que te pidió hacer el amor; tú al recordar cuando te negaste repetiste lo que él te dijo ese día cuando le negaste la entrada a tu intimidad completamente... esa frase que ahora te dolía en el alma y deseabas borrar con toda tu alma—"A veces el amor dura, pero a veces... en cambio duele... a veces dura... pero a veces en cambio... duele" —escuchar que se había casado te derrumbó, tú comenzaste a hablar contigo misma tratando de desahogarte, tomando el aire para no caer de la tristeza y el dolor—Escuché que te casaste... que habías sentado cabeza, que tus sueños se habían vuelto realidad, supongo que ella te dio cosas que yo no te di... no me olvides... ayer fue el momento de nuestras vidas... no te preocupes, encontraré a ALGUIEN COMO TÚ.

—¿De verdad querida?—no, no podía ser verdad. Ahora imaginabas voces. Jurabas que esa era su voz pero te negabas a creerlo; entonces sentiste un roce sobre tu piel, alguien te estaba estrechando contra su cuerpo, entonces tú volteaste para encararlo a él...—Tom...

—Hola preciosa—te dijo él a la vez que tú corazón latía frenético.

—¿Qué haces aquí? ¿Qué buscas?—le preguntaste cortante, al ver que no contestaba le dijiste—Viejo amigo ¿Por qué estás tan tímido?

—Lamento aparecerme así, sin ser invitado pero... no podía estar alejado, no podía dejar de luchar, quería que vieras mi rostro para hacerte saber que para mí esto no ha terminado—te contestó él tomándote la mano.

— No te preocupes. Ya se terminó... yo no deseo nada, sólo deseo lo mejor para ti Tom... olvídame—le dijiste tú a la vez que él te decía tomándote el rostro entre sus manos—¿de qué hablas?

—Nada se compara, no te preocupes, que no te importe, arrepentimientos y errores, de ahí nacen las memorias Tom—le dijiste tú llorando a la vez que comenzabas a alejarte; él corrió hasta ti y te dijo abrazándote, impidiendo que te marcharas—¿Linda, qué sucede?

—Escuche que te habías casado, que encontraste a una chica, que tus sueños se volvieron realidad al lado de ella. No soy yo—en ese momento él te besó, correspondiste su beso, sintiendo a la vez todo lo que habías dejado de sentir cuando él se marchó, lo abrazaste, llorando lo besabas, lo habías extrañado; él te dijo, besando tu frente tratando de tranquilizarte— No, no estoy casado, eso es una noticia que se inventó para... separarme de la mujer que realmente amo. Tú mi niña, te amo mi amor, te amo.

—Tom... te amo, te extrañé, te necesito, no me olvides... te lo suplico—le dijiste a la vez que él te tomaba en sus brazos y volvía a besarte, después entre susurros te contestó—si supieras todas las noches en las que pensé en ti mi amor... deseando volver a verte... volver a tocarte, volver a besarte. Te amo mi niña. Nunca podría olvidarte, nunca podría dejarte. No puedo vivir sin ti.

—Tom...—fue lo único que lograste decir en cuanto él te tomó nuevamente en sus brazos, diciéndote lo mucho que te amaba, sin necesidad de palabras, cuando finalmente decidió dejarte respirar un poco te dijo tomando tu mano a la vez que tú le mirabas a los ojos—Nunca me arrepentiré de haberte conocido. Ahora que estuve lejos de ti, cuando venía para acá supe una única cosa mi amada doncella—lo miraste, te besó la cabeza y te dijo en un susurro—supe que... nunca... jamás encontraré... a ALGUIEN COMO TÚ.  

Imaginas de Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora