Epílogo.

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HyeSun prendió su auto y lo arrancó. Llevaba una camisa de Jeans y un jeans blanco.

Su tono de llamada hizo que la chica bufara y respondiera la llamada, haciendo que la música del auto se detuviera.

— ¿Cuándo volverás a casa? — Rio fuertemente.

— ¡Yah! ¿Ni un "Hola" para mí?

— ¿Desde cuándo que nos saludamos? Los tribunales te están afectando.

— Lo siento.

— No importa; Joonie dice que vuelvas luego.

— Dile que ya lo hare, antes de lo que creen... ¡Dios mío! ¿Joonie? ¿Really?

— Really, es mi novio.

— Ya lo sé, me lo repites más de tres veces al día.

— Te extraño.

— Yo igual.

— ¿Por qué te fuiste a vivir a París? — "Para poder rehacer mi vida al 100%".

Era una oferta de trabajo realmente buena...

— Que no se volvería a aparecer en tu vida. — Dijo en voz chillona. — Sabes perfectamente que fue por el enano.

— ¿No que Jimin era el enano?

— También lo es, pero YoonGi también es un enano. — Se escuchó una queja.

— ¿Está ahí?

— Estás en altavoz.

— ¡Yah!... Uh, Bonjour. — Saludó a un niño que la miraba atento.

— ¿Qué te pasa, lunática? — Reconoció esa voz de inmediato.

— Saludé a un niño, narizón.

— Anaranjada ¿Cómo te está yendo allá? El otro día vi una foto tuya con Wonwoo ¿Él también está allá? ¿Estás bien? ¿Puedes comer bien?

— Me está yendo de maravilla aquí, demasiado bien... Respecto a Wonwoo, él estaba de pasada aquí, sabes que un modelo. Volviendo a mí, estoy bien, como bien y vivó bien.

— Amiga, te amo.

— Yo igual, Dahyun... Lo siento necesito irme, nos vemos.

Cortó la llamada y bajó del auto. Sacó sus maletas y buscó con la mirada a su amigo.

— ¡Frank! — El abogado se dio la vuelta y sonrió a la chica.

— Qué te vaya bien, tu bebé estará a salvo conmigo.

— No lo choques.

Se despidieron y HyeSun entró al aeropuerto. Fue a dejar su equipaje, pasó por seguridad y se dirigió a la cafetería dentro del aeropuerto.

Mientras lo tomaba, buscó su puerta de embarque. Botó el vaso en el basurero y entró por aquella puerta.

Se acomodó en el asiento y espero que el avión despegará. Luego de esto prendió su laptop y trabajó en aquel caso asignado la tarde anterior.

(...)

Sonrió al ver aquella bandera, tomó su equipaje y salió del aeropuerto. Antes de viajar había arrendado un auto, el cual le esperaba en el estacionamiento del aeropuerto.

Recibió las llaves y dio las gracias al señor que la facilitó aquellas llaves de un BMW. Guardo todo lo que llevaba dentro del auto, se subió, lo prendió y lo arrancó.

Semi Gods ➳M. YoonGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora