Desde que vi a Roseatte aquella noche me tranquilizé. Ella aliviaba mis penas aunque no lo quisiera. Sólo era un chucho sarnoso, pero era un chucho sarnoso enamorado. No podía evitar recordarla, no podía olvidar amarla.
Cada noche me venía a ver. Parece que todo aquello fue un mal sueño... Si... Un mal sueño... Charlábamos de todo lo que hicimos cada día, ninguna noche nos saltábamos. Y recordé que ese momento era uno de los pocos recuerdos que sabía que atesoraría toda mi vida. Pero como todos los momentos felices, tuvieron que acabar.
Una noche una anciana se nos acercó. Roseatte sospechaba. A mí tampoco me inspiraba mucha confianza pero, no tenía nada que temer; sólo era una simple ancianita. Esta empezó a hablarme de una manera dulce. Lo raro en su forma de hablar era que, no como Roseatte, en sus palabras se notaba su malicia:
-Hola joven, ¿me podría ayudar?- se dirigió directamente a mí aún pasando al lado de Roseatte.
-¿Qué quiere?- respondí de forma brusca. Algo me decía que no me debía juntar mucho con esa señora.
-¿Me podrías ayudar a encontrar a una chiquilla, de más o menos tu edad, con una CAPERUZA ROJA?
Esto me dejó helado. ¿Por qué me pedía tal estupidez? Roseatte estaba a su lado. ¿Por qué me preguntaba algo tan absurdo? ¿Era una broma de mal gusto?
-Miré anciana. No sé sus objetivos ni me importan pero, no evite a personas que están al lado de usted. Y menos si está preguntando por ella.
Debí sonar muy enfadado pues, la señora me miró muy extrañada y asustada.
-¿De qué está hablando? Joven, yo no he ignorado a nadie y, créeme, no ignoraría lo más mínimo a esa niña.
¿Qué? ¿Entonces no la veía? Me estaba tomando el pelo... ¡Claro que me estaba tomando el pelo! ¡No podía estar tan ciega para no verla!
-¡Pues mire a su lado y la verá! ¡Verá a Roseatte!
Me miró extrañada. Se giró hacia Roseatte y la siguió ignorando. ¿De qué iba esa vieja? Me volvió a mirar con enfado. Pero después se convirtió en duda y, por último en una mirada llena de malicia.
-Joven, vuelva a mirar.
¿Qué volviese a mirar? Dudoso volví a mirar al lugar dónde estaba Roseatte. Estaba desvaneciéndose. ¿Cómo era posible? ¿Roseatte? Lo que yo veía todos estos días, con quién hablaba por las noches... ¿No era más que una mera ilusión? En medio de esta confusión la anciana me habló.
-Pequeño... Esa no era Roseatte... Era tu cabeza jugándote una mala pasada... Una ilusión...
No... No podía serlo... ¿Era una ilusión? ¿Por qué?... ¿¡Por qué la vida se empeña a quitarme todo lo que me importa!? ¡Sólo una vez! ¡Por sólo una vez quiero tener algo de felicidad en mi vida! Me mantenía en silencio. Estuve un largo tiempo meditando. Puede que me estuviese hablando... Pero no podía evitar ignorarla por completo pero, unas palabras captaron mi atención
-Te tengo una propuesta... Ayúdame a buscar a esa chica. La chica que te robó el corazón y que lo pisoteó; la chica que, sin piedad alguna, te traicionó y utilizó; la chica causante de todas estas desgracias; la chica... Qué se convirtió en tu más fiero enemigo.
CONTINUARÁ...
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Notas de la autora: ¡Hola! Esta vez lo tenéis al día. Es que mientras terminaba el 14 no paraban de salirme las palabras para el siguiente capítulo. Voy a intentar lograr escribir el 16. ¡Deseadme suerte! Por cierto, ponedme en los comentarios vuestras teorías de lo que pasará en el siguiente capítulo. Seguro que son muy interesantes.
Gracias por leer y... Hasta el próximo capítulo.
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Caperucita Roja Y El Lobo... ¿Feroz?
Fanfiction¡ATENCIÓN!: Esta historia es un relato alternativo del cuento popular "Caperucita Roja y El Lobo". Va a ser relatada desde el punto de vista de Caperucita, pero con un transfondo más fantasioso que el cuento original. Gracias por su atención. =====...