Pack Mentality, pt.2
Me despedí de Derek con una sonrisa, dando un paso hacia atrás mientras dejaba que mi cuerpo se desapareciera lejos de allí. No dejé de sonreír hasta que mis pies tocaron el suelo de mi habitación; solo ahí, poco a poco, se fue desvaneciendo la alegría al sentirme de nuevo sola.
La habitación estaba en penumbra e hizo que se me erizara el vello de la nuca. La ropa sobre la silla se amontonaba hasta hacer que pareciera una sombra real y tuve que encender la luz para sentirme más tranquila.
Sin embargo, eso no pasó cuando escuché unos ruidos que provenían del pasillo. Una de las puertas se había abierto con un chirrido escalofriante y me puse alerta en seguida. Saqué el cuchillo, escondido en mi bota, y lo empuñé con fuerza mientras abría la puerta. Avancé con el corazón encogido, viendo como unos rayos de luz salían de la habitación de Scott. Quienquiera que estuviera dentro pareció percibir algo porque también dejó de hacer ruido.
Tomé una respiración profunda y le di un suave empujón a la puerta. Cuando esta se abrió completamente, Scott, Stiles y yo chillamos a la vez.
—Pensábamos que eras un cazador —dijo Scott, llevándose una mano al pecho.
Cerré los ojos con fuerza mientras me cubría la cara con la mano. Por un momento había pensado lo peor, y estaba tan asustada que sentía que el corazón se me iba a salir por la garganta.
—O Derek —añadió Stiles, suspirando aliviado mientras se dejaba caer en la silla.
Solté un quejido y dejé que mi peso cayera contra el marco de la puerta.
—¿Un cazador que sale de mi habitación? —pregunté con irritación.
En realidad, no había sido para tanto; pero después de la charla con Derek tenía los nervios a flor de piel. Cada ruido en medio del silencio podría ser un peligro potencial y cada día era una cuenta atrás hasta que llegara el primer demonio.
Stiles soltó una risita sarcástica, ajeno a la lucha que se batía en mi interior.
—Llevas un cuchillo en la mano, perdón por asustarme.
Se hizo el ofendido, llevándose una mano en el pecho como si hubiera sido él el culpable. Dejé que mi mano suavizara el agarre en el athame y lo bajé lentamente hasta que dejó de apuntarles.
—¿Por qué llevas un cuchillo en la mano? —preguntó, frunciendo el ceño tanto como pudo.
—Es una larga historia —dije, negando para restarle importancia. Ambos se miraron, con las cejas enarcadas y boquiabiertos— Me lo ha dado Derek.
—¿Estás loca? —gritó Stiles, llevándose las manos a la cabeza.
Suspiré ante el cansancio y cerré los ojos durante un momento, soñando que estaba en una playa paradisiaca muy lejos de allí. Cuando los volví a abrir, cogí una gran bocanada de aire antes de resumir lo mejor posible. Grimorio, demonios, daga, poderes, bruja... creo que estaba todo.
—¿Por qué no nos lo habías dicho antes? —preguntó Scott en un susurro.
Por la manera en la que me miró pude ver que se sentía dolido de cierto modo.
—No he encontrado el momento adecuado —mascullé.
Decidí que mentir era la mejor opción porque no quería que se sintiera aún más culpable. Por ahora, sus problemas desbordaban los míos y tenía suficientes cosas por las que preocuparse. Además, cuanto menos supieran sobre las criaturas que me estaban acechando, mejor dormirían.