Sin miedo al amor

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Uno mas en el equipo.

El origen de todo.

Capítulo 7


Atrapó la hamburguesa entre sus dedos y se perdió en esa mirada de fuego sin darse cuenta.

–Que eso... bueno, que juegas bien. –Avergonzado por haberle juzgado mal el primer día, admitió, en un susurro y regalándole una de sus preciadas hamburguesas, que Kuroko era un buen jugador.

–Gracias. –Deslizó el dedo por el borde del papel encerado y mordió con ganas. No es que le entusiasmara especialmente la comida de ese sitio, en realidad solo iba por su batido de vainilla, nada mas. Pero no se trataba de eso, era una ofrenda de paz del chico que le gustaba.... Kuroko suspiró mentalmente.

Otra vez en el punto de partida. ¿Cómo podía caer en lo mismo por segunda vez?... De Daiki también se enamoró al principio de sus ojos, de su sonrisa. ¿Y si admitir que le gustaba Taiga era acabar con alguien mucho peor?... ¿Podía haber algo peor que Daiki? Esa no era la pregunta, si no si volvería a levantarse de otro golpe como ese.

–¿Porqué no te has ido a un instituto famoso?... He buscado información sobre tu antiguo equipo y eso y ... bueno...Digo, si erais tan buenos... ¿Por qué no seguir juntos? No es que diga que Seirin es una mierda ni nada por el estilo, digo... bueno que si se te da bien y eso, dejarlo y empezar de nuevo es un poco...

–No me necesitaban... no soy tan bueno. –Dio un nuevo mordisco, mirándole directamente al tiempo que masticaba con pesadez. –Además, no quería volver a jugar... al menos no con ellos. –Estiró el papel que envolvía la hamburguesa y empezó a doblarlo sobre si mismo una y otra vez. –No éramos un equipo... incluso dudo que fuéramos amigos alguna vez...

–Yo creo que eres bueno. –Le "robó" el batido para tomar un sorbo. –Tampoco es que seas la gran cosa, pero juegas bien, para ser tan debilucho... pero... eso que has dicho es un poco triste... no es que haga falta ser amigos íntimos para jugar, pero ayuda pasarlo bien durante el juego... Es lo que creo... y yo quiero pasármelo bien contigo... en la cancha.

Kuroko suspiró, un poco aliviado y al mismo tiempo un poco triste. La esperanza era pequeñita, pero ser amigos podía ser un primer paso, tímido y minúsculo, pero un primer paso... para andar una gran distancia, hace falta un pequeño primer paso y él no quería cerrarse completamente a tener una nueva relación con alguien.

Y si ese alguien era Kagami, sería mucho mas que feliz. Cada segundo que pasaba junto a él, descubría cosas que le hacían interesarse un poco mas. Quizá era demasiado pronto para abrirse a él, o para pensar siquiera en que podía estar interesado. Se dio cuenta de que lo que sabía de él lo había oído de los labios de Himuro, y también sabía que ese condenado moreno tenía un sentido del humor un poco retorcido.

–¿Tienes novia? –La pregunta surgió sin mas en cuanto pisaron la calle.

Taiga esperó a que empezara a andar para ir en la misma dirección y suspiró antes de responderle.

–No, no tengo de esas cosas. –Sonrió, avergonzado. –No te rías pero no le gusto a la gente... debe ser mi cara o algo... las chicas no se acercan a mi, al menos no para ser mis novias o algo por el estilo. Y si te digo la verdad, ellas tampoco me gustan a mi. ¿Y tu?

–Ahora mismo no... pero a mi es que ni siquiera me ven. –Kuroko desdibujó su sonrisa hasta hacerla desaparecer. Si quería empezar algo con Taiga, ese era un buen momento para soltar la bomba. –Además, a mi no me gustan las chicas. – Esperó a que Kagami dijera algo, pero al no decir nada siguió hablando. –Antes del verano tenía pareja, pero eso se terminó... supongo que significa que estoy libre.

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