Al derecho, del revés y empezando de cero.

477 55 4
                                    

Uno mas en el equipo.

El origen de todo.

Capítulo 13



Llevaba toda la semana mentalizándose para ese día.

Iba a volver a verle, quisiera o no. Lo cierto es que podría fingir una lesión y Riko le dejaría fuera sin preguntar.

Pero eso sería volver al punto de inicio, al punto en el que el simple hecho de pensar en Aomine le daba tal terror, que necesitaba toda su fuerza de voluntad para no gritar desesperado hasta perder la voz.

Había dejado todo eso atrás, en gran parte por el apoyo de Akashi, su eterno amigo y su renovada pasión por el basket, por el juego divertido, por sus nuevos amigos y compañeros.

Por Taiga, su amor había sido una mano fuerte y firme en la deriva.

Su sonrisa, su mirada, el tono de su voz e incluso esas pequeñas arrugitas el la comisura de los ojos cuando trata de no parecer enfadado delante suyo.

Aunque no le había contado nada, el pelirrojo intuía muchas cosas. Kuroko lo sabía, notaba como medía sus palabras, sus caricias, como se contenía para no ser brusco ni hacerle daño.

Pero... ¿Y él?.¿Qué había hecho él por dejar todo atrás?

Nada.

Había dejado que la lástima de los demás le curase. Su abuela, Himuro, Akashi, Murasakibara todos habían lamido sus heridas y él simplemente se había dejado hacer.

No quiso denunciarle, pero no se trataba de eso,  no, venía de mucho antes.

Cuando Daiki empezó a ignorarle debió reclamarle, hacerse valer de algún modo. No hizo nada.

Empeoró, día a día, y siguió excusándole en todo, no dijo nada a nadie, no se defendió, no se vengó...

Nada.

Siempre dependiendo de los demás, pero ¿Desde cuando? Él no era así, fue Daiki, poco a poco, controlando todo lo que hacía, pensaba, vivía, con obsesión enfermiza...

No, no fue Daiki. A Daiki se le dio poder, y él se limitó a usarlo para su propia conveniencia...¿Por qué reclamarle ahora? era inútil. Debió hacer algo cuando todo empezó, al primer desplante, o al primer comentario ofensivo...

Pero le amaba demasiado, no lo vio, o no quiso verlo;siempre con la espera eterna de que cambiara mágicamente. De que un día se levantara y fuera de nuevo el Daiki del que se había enamorado.

Decisiones. La vida no era mas que eso decidir constantemente, por todo.

En su dedo anular el anillo hecho con el alambre de cerrar el pan de molde.

Kagami tenía estas cosas romanticonas azucaradas que le encantaban. Siempre le tenía en cuenta para todo, sus caricias distraídas, pequeños roces, miradas divertidas en las que le decía tantas cosas.

Kuroko bajó la vista a la gran mano en su vientre simplemente ahí, posada, distraída, sin pretensiones de ningún tipo.

Se habían casado, la tarde anterior. Solo ellos dos, el pan de molde y unas cuantas latas de refresco. El acta de matrimonio lo había traído Riko medio en broma, del juzgado.

Acompañada de Hyuga habían pasado la tarde juntos. Cuando se marcharon Taiga la había rellenado poniendo todo, sus datos y los de Kuroko, le había puesto el anillo y por supuesto habían tenido su propia versión de una luna de miel, adorable.

Uno mas en el equipo: El origen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora