Sí, lo admito. Sufrí un bloqueo masivo. Pero, increíblemente, escribí el 80% de este capítulo en tres días, y no sólo eso, es el capítulo más largo que haya escrito para esta historia. Tal vez eso compense mi poca productividad. Traté de editarlo lo mejor que pude, pero de seguro me salté errores sin darme cuenta.
Saltemos enseguida con el...
Previamente en el proyecto Berwick...
-David reveló que, además de tener el poder de crear cosas con la mente, también tiene la habilidad de localizar personas según su presencia cerebral.
-Ben y David lograron escapar incólumes del Museo, pero, lamentablemente, muchísimas personas perecieron por ello.
-Ben, cediendo a unos extraños impulsos, besó a David, y éste no reaccionó muy bien a eso.
-Otras cosas pasaron, pero si no se acuerdan, puedo responderles en los comentarios si quieren evitarse leer todo de vuelta.
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Capítulo 10. ¿Trastorno bipolar? No. ¡Me niego!
David caminaba de un lado a otro como si estuviese nervioso. Pero también podría ser porque estaba ansioso, o enojado, o simplemente era de esas personas que no soportan quedarse quieto cuando hablan por teléfono. Cuando él me daba la espalda era difícil saberlo.
Yo me quedé sentado en el auto estacionado a un lado de la carretera mientras él recibía su llamada en la boca del bosque. Llevábamos unas horas de viaje, aunque estos no tuvieron mucho peso sobre mí porque me mantuve dormido durante toda la mañana. El incómodo silencio en el auto no me dejó otra opción. Podía ver el disfrazado pero igual de palpable enojo en David, y por mucho que me provocara gritarle para que superara ese sentimiento, me intimidaba la idea de sólo hablarle; después de todo, yo no era el que tenía razones de estar enojado. Pero, ilógicamente, lo estaba. Sentía una mixtura de resentimiento, vergüenza y confusión. Emociones que no conseguía poner bajo control. Y empeoraba cada vez que miraba a David con esa torva postura y rigidez en su mandíbula. Por eso opté por dormir. Hasta que el ringtone de su teléfono me despertó.
David terminó la llamada en un par de minutos después, y yo desvié la mirada al frente pretendiendo que no le estaba viendo todo el tiempo.
—Tengo buenas y malas noticias —dijo apenas se sentó a mi lado dentro del auto.
—¿Algo sobre mi madre?
—No. Ella está a salvo en Salem.
—Bien. Entonces empieza por las buenas noticias.
—Al parecer asustamos al Museo y somos oficialmente una amenaza para ellos —dijo mientras encendía el auto y lentamente avanzaba por la carretera.
—¿Esa es la buena noticia? —inquirí con el entrecejo fruncido—. Pensé que la razón por la que han intentado matarnos todo este tiempo era porque ya éramos una amenaza.
—Éramos... un pequeño problema. Pero ahora que pusieron tu rostro por todos los noticieros, eso demuestra lo preocupados que deben estar.
Su tono casi indiferente guardaba un poco de humor y quizás fue eso lo que no me permitió reaccionar de inmediato a lo que realmente decía.
—¿Espera qué?
—Eres el terrorista responsable de la muerte de doscientas personas.
—¿Me están culpando por lo de anoche? Habías dicho que ellos borrarían sus rastros.
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El proyecto Berwick
Science FictionBen se ve envuelto más que voluntariamente en un mundo donde no debería estar. Al descubrir que una organización secreta llamada "El Museo" es la culpable de la muerte de su padre, decide formar parte de un grupo de fugitivos con dones sobrenaturale...