Capítulo 16. Si deseas algo, ¿por qué no tomarlo? (2º parte)

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Mi versión de David

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Mi versión de David

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Como jamás esperaba que esta historia se condujera hacia esta dirección, jamás hice la advertencia, así que lo haré ahora: hay acción entre dos hombres. Yo no narro ni narraré escenas de sexo explicitas, pero igual me parece justo que si no están cómodo con ese tipo de historia dejen de leer.

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Capítulo 16. Si deseas algo, ¿por qué no tomarlo? (2º parte)

La idea no me enardecía tanto como el recuerdo de mi noche con Camila. Pero tampoco me sonaba repugnante. Y eso era un comienzo. Tomé en consideración lo que dijo Christina. Quizás este tipo de cosas realmente no podían ser forzadas. Ni siquiera por mí.

—Christina está muy decepcionada de que hayas arruinado su broma —dijo David, desde la puerta—. Romperás el corazón de todos en la casa cuando se enteren.

La voz que decía: «Es un monstruo. Te va a matar», trataba de hacerse oír entre susurros, pero fue opacada por la voz aliviada de ver a David sano y a salvo.

—Hazle saber que estoy dispuesto a seguir actuando para el público —dije.

—Lo haré —dijo él con una sonrisa floja, y entró en la habitación despacio, pendiente de mi reacción.

Me mordí el labio, escondiendo una risa.

—¿No tienes que hacer eso? —le aseguré.

—¿Ya no te asusto? —preguntó, todavía muy suspicaz.

—¿Por qué no te acuestas en la cama si no me crees?

¿Eso sonaba a coqueteo?, me pregunté.

«Sí, eso suena a que estás coqueteando», prorrumpió de pronto la voz de Stefan en mi mente.

Cerré los ojos y solté un débil gemido ante el incremento de dolor de cabeza.

—¿Estás bien? —preguntó David.

—Sí —contesté, recuperando la compostura—. Pero me preguntaba si mañana podría salir de la casa y empezar a hacer un poco de ejercicio.

—Oh, no sé, Ben. Ha pasado menos de una semana y Vikram no tuvo oportunidad de curar tu cuerpo por completo. Es posible que necesites más reposo.

—Al menos quiero intentarlo. Prometo que si algo me duele, pararé.

David lo sopesó por un instante.

—Está bien. Saldremos después del desayuno.

—Gracias.

—Buenas noches —se despidió con un asentimiento.

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