Muriendo durante un año

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Después de despertar, supe que mi don me estaba destruyendo físicamente. Sabía que si no hacía algo, moriría, y aunque lo deseaba,no podía hacerlo. Viajamos durante un año entero de isla en isla, sabiendo que yo me deterioraba por dentro a cada segundo, las sombras que yo absorbía debían ser liberadas ya que de lo contrarió comenzaba a vomitar sangre y me debilitaba más de lo que ya estaba, aunque habían ciertas ventajas, gracias a los agujeros negros que podía crear nos ahorrábamos los riesgos de los inseguros puentes de hielo que Anna creaba, bueno, sólo cuando yo estaba estable, era una buena manera de liberar las sombras que por accidente absorbía. Recuerdo que justo cuando estábamos caminando en una de las montañas de Mewt, una avalancha de gigantescas rocas se nos vino encima, y que para mi sorpresa, yo pude desviar la avalancha y salvarnos, pero el precio fue caro, ya que mi estado empeoró, literalmente, cada vez que usa mi don y también dependiendo de la cantidad de energía que liberaba, me quitaba tiempo de vida. Tenia miedo, eso no podía negarlo.

- Solo una isla más - dijo Venus tocando mi hombro y viéndome a los ojos, sabia que estaba moribunda.

Asentí y libere las sombras, abriendo otro agujero negro, todos saltaron dentro de el, todo se volvía completamente oscuro cuando entrabas, por eso tenían que permanecer unidos, para no perderse, abrí otro y salimos al otro extremo de la siguiente isla, Ora estaba frente a nosotros, una isla tan extraña, la naturaleza no yacía en ella, todo eran edificios y luces artificiales, era la isla menos natural, la llamaban también la isla de concreto.

- Descansaremos por hoy - dijo mirándome fijamente. - en especial tu Tracy - dijo para luego darse la vuelta y empezara a encender una fogata.

Me recoste sobre la arena de la playa en la que estábamos, era un lugar agradable, la isla era mucho mas calurosa y soleada que las demás. Anna se sentó a mi lado, dedicándome una leve sonrisa, pero estaba demasiado agotada como para fingir estar bien, me había cansado de eso. Tome una larga bocanada de aire y luego solté un largo suspiro mientras me sentaba para estar frente a frente.

- ¿Sabes? - dijo mirendo una pequena ola que aterrizaba en la arena - Me recuerdas a alguien, muy especial. - dijo borrando su sonrisa.

- ¿A quien? - pregunte.

- A mi hermano - dijo mirándome a los ojos, yo me quede levemente impactada, no sabia que ella tenia un hermano - La misma mirada de impotencia al sentirse destructivos, por eso sé como te sientes, por eso comprendía y me llevo muy bien con Dylan, porque él sabe como yo, lo que es tener un hermano que es destructivo. - levanto su mano y una pequeña corriente de agua se levanto - Él, como tu, también era un retador, sin miedo a morir y siempre buscándola, ustedes parecen dos gotas de agua...

- ¿Donde esta ahora? - dije mas curiosa de lo que hubiera deseado.

- Muerto - dijo soltando el agua y abrazando sus piernas.

- Lo lamento - dije avergonzada - No debí preguntar.

- Esta bien, supongo que la curiosidad te estaba matando - río tristemente - No es algo de lo que te enteres todos los días. - me miro y fruncio los labios - Creo que me lo he estado guardando durante mucho tiempo - suspiro - supongo que era momento de contárselo a alguien más que no fuera mi conciencia - volvió a reír triste - ¿Puedo contártelo?

- Claro - dije dedicándole una sonrisa tranquilizadora.

- Esa sonrisa - río - Mi hermano solía hacerlas cuando yo estaba triste - negó - Él y yo no nacimos libres como tu y los demás, nosotros eramos unos niños cuando los humanos regresaron a la tierra y fuimos de los pocos que no pudimos escapar con tu tía, Venus. Mi hermano y yo fuimos encerrados en Vanta, creo que es lo que más recuerdo de esa época, estar encerrada todo el día mirando a través de un cristal como se acercaban a mi celda para experimentar con migo - su voz se corto, debía dolerle recordar - Pero lo que más me dolía no eran las jeringas, ni las constantes pruebas, era tener que escuchar a mi hermanito gritar mi nombre para que lo ayudara - Una lágrima se fugo de sus ojos y ella la limpio rápidamente - Día tras día, esa era una de las peores torturas que solía pasar. Cuando yo desarrolle mis dones, no fue tan natural como ustedes, fue por tratar de proteger a mi hermano, un vaso de agua que solían traerme me sirvió de arma para asesinar a uno de los enfermeros que cuidaba mi celda y también asesine al que inyectaba a mi hermano, mi hermano también libero sus dones por la misma causa, cuando por fin se dieron cuenta de que si nos tenían separados , matábamos para estar cerca uno del otro, nos encerraron en la misma celda, solo así nos calmaron. - sonrió ante el recuerdo -pero eso no detuvo las pruebas, solo las empeoro, solían ponerle un arma en la cabeza a él o a mi, dependiendo de quien debía ser inyectado, decían, si no me dejas inyectarte, tu hermano morirá con una bala en la cabeza - su sonrisa se borro - El recuerdo mas vivido que tengo, es el momento en que una enfermera llego a darnos nuestra comida, era hermosa, un cabello rubio tan claro como el mio y unos ojos tan azules que podías perderte en ellos, era mi madre, se había logrado infiltrar después de meses, la ultima vez que la había visto fue cuando yo tenia seis y cuando nos volvimos a encontrar yo tenia catorce años, pero su rostro era algo que no podía olvidar, era mi madre. Creo que fue uno de los días mas felices de mi vida, ella planeo como escapar de ese lugar y poder enviarnos a Insidiso, pero durante el plan los perdí, yo me fui con la prima de mi madre, ella es la que me ha estado cuidando todos estos años.

SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora