¿Quien es Venus?

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Sentía un dolor punzante en la cabeza, intente abrir mis ojos pero la potente luz me obligo a volverlos a cerrar. Volví a intentar abrirlos, pero esta vez más lento para acostumbrarme a la luz. Parpadee repetidamente hasta que logre adaptar mi vista a la luz, las cosas aún se veían borrosas pero lograba distinguir algunas. Muebles y cuadros relucientes, como si estuvieran hechos de oro y plata. Toque la suave superficie en la que me encontraba, era una enorme cama y mi cuerpo estaba cubierto por una suave sabana. Me levante de golpe, me quite la sabana de encima pero la volví a cubrir con ella al notar que mi cuerpo se encontraba semi-desnudo, solamente me encontraba en ropa interior.

- ¿Dónde estoy? - savia que nadie me respondería, estaba sola, pero al menos quería escuchar algún sonido.

Mire la habitación detenidamente, era sumamente lujosa, frente a la enorme cama se encontraba una bella mesa con un fino florero que tenía unas rosas color negro. Las paredes tenían un color crema y el piso era totalmente negro. Los cuadros estaban en blanco, como si esperaran a ser pintados, los muebles brillaban, pero les hacía falta algo.

- ¿Cómo llegue aquí? - me pregunte, como desearía que alguien contestara mis preguntas. - ¿Dónde estoy?

- En tu mente - resonó en el silencio una dulce voz femenina, pero no era mi madre, aunque una parte de mi siente que la conozco.

- ¿Quién eres? - pregunte buscándola, no la podía ver - ¿Dónde estás? ¿Dónde te escondes?

- No me estoy escondiendo.

- ¿Entonces porque no puedo verte?

- Eso es irrelevante ahora. - dijo en un tono muy frió. - Debes huir...

No entendía nada, primero aparezco de la nada en un lugar que al parecer es mi mente, luego escucho la voz de alguien a quien no puedo ver y que no responde mis preguntas, y solamente me dice "debes huir" para provocar más dudas en mi cabeza.

- Sé que estas confundida - dijo con su tono dulce nuevamente - Pero debes huir, ya no estas a salvo en ese edificio, ni tú, ni los demás, los mataran... por.........por l-lo que son - su voz se quebró y el silencio inundo la habitación de nuevo.

- ¿Que somos? - pregunte desesperada - ¡Dime!

Pero no respondió, el silencio comenzó a agobiarme, me levante de la cama y trate de caminar, pero mis piernas estaban débiles y caí al suelo. Trate de mantenerme fuerte, mis brazos eran lo único que impedía que cayera en mi totalidad. Mis brazos comenzaron a temblar. Un fuerte viento hizo que mis huesos temblaran aún más, trate de pensar en ropa, calor, era mi mente pero había perdido el control. No paraba de temblar y la sabana comenzaba a resbalarse por mi espalda, mis brazos se rindieron y cedí, caí al suelo, lo único que me alegro fue que la sabana cubriera gran parte de mi torso. Hale de ella para cubrirme un poco más, no sabía ni como poder despertar. Un dolor punzante recorrió cada parte de mi cuerpo, solté un grito agonizante, era sumamente doloroso, las lágrimas brotaron sin permiso de mis ojos. Solo duro unos minutos pero yo sentí como si hubiesen pasado décadas. Un líquido espeso emano de mi nariz, levante mi mano y toque suavemente debajo de mi nariz, alce mi mano para ver y en efecto era sangre, aunque tuviese ese color tan oscuro.

- Debes huir... - resonó su voz en el silencio.

Cerré mis ojos, pero cuando los volví a abrir los ojos, me encontraba rodeada de gigantescos árboles, la espesa hierba se adaptaba a mi cuerpo, y las flores blancas emanaban un dulce y agradable aroma. Me levante lentamente, me senté y acomode la fina sabana que aun cubría mi cuerpo. Mire a mi alrededor pero solo habían kilómetros y kilómetros de espeso bosque. Mire hacia el cielo, y las ramas cubiertas de espesas hojas adornaban la ya bella vista. Regrese rápidamente mi vista al frente al escuchar el rugido de una rama rota y me encontré con un muchacho de cabellera rubia, ojos verdes con toques celestes y viejas y gastadas vestiduras, parecía querer atacarme, trate de retroceder, pero era inútil, no podía correr, sabía perfectamente que sin duda el me alcanzaría, era fuerte. Levante mis brazos en posición de defensa cuando sentí que el estaba a punto de abalanzarse sobre mí; pero eso jamás paso, baje levemente mis brazos y lo observe con miedo, el solo me miraba confundido. Trate de levantarme pero resbale, cerré mis ojos y de nuevo aparecí en un nuevo lugar, levante levemente mi cabeza y observe el lugar, me asuste al notar que estaba a punto de caer en un acantilado. Me arrastre e dirección contraria.

SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora