El escape

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Un horrible chillido me despertó, la luz blanca y brillante no me permitía abrir mis ojos. Me siento agotada en todo el sentido de la palabra, sigo intentando abrir mis ojos, pero solo consigo distinguir una brillante luz blanca.

- Tracy... - Escuchó el susurro e inmediatamente reconozco la voz, es mi madre. - Tracy, es hora de levantarse - Suelta una breve risa y un nudo se forma en mi garganta, aún no puedo abrir mis ojos, pero puedo oírla, esta cerca de mí. - Tracy...

- ¡MAMÁ! - Exclamó al levantarme de golpe, la luz blanca me deja aturdida, pero no me importa, quiero abrazar a mi madre, escucho un sonido extraño, es como un "bip", pero no le pongo mucha atención, sigo tratando de buscar a mi madre - ¡Mamá! - vuelvo a gritar y trato de levantarme, tengo mis ojos entreabiertos y solo distingo una especie de espejo. - ¡¿Mama, dónde éstas?! - pero solo oigo su voz alejarse de mí, diciendo que es hora de levantarme. - ¡MAMÁ! - Gritó al borde de las lágrimas. Luego siento como si algo dentro de mi se disparará y lo poco que veía se esfumó, dejándome a oscuras de nuevo.

- ¡Niña, despierta! - Escucho la voz del doctor Umesh - ¡Vamos, reacciona!

Me siento extrañamente mariada y solo alcanzo a verlo de manera borrosa, puedo sentir sus brazos sostenerme, mientras me mira preocupado. No entiendo que esta pasando, trato de reaccionar, pero solo puedo verlo.

- ¡Rápido, por favor traigan la MRA! - Lo escuchó gritar.

Veo a lo lejos a gente correr y a unos ojos verdes asomarse. Ella levanta su brazo y en su mano lleva una de esas raras inyecciones, en un rápido movimiento su brazo desaparece de mi vista y siento una fuerte punzada en el pecho, me siento anonada y solo suelto un apenas auditivo gemido de dolor, poco a poco siento como mi corazón se acelera y me pecho empieza a doler cada vez más fuerte, trató de no gritar, pero la verdad es que no debo esforzarme demasiado, el dolor me arrebata la voz. De un minuto a otro yo estaba sentada soltando un grito que no podía escuchar, y note como las luces se apagaban y entendían, escuchaba a lo lejos cosas estallar y vidrios romperse, literalmente todo se estaba destruyendo. Sentía mi garganta secarse, mis pulmones contraerse, el dolor extendiéndose por todo mi cuerpo. Las lágrimas comenzaron a salir y sentía mi rostro húmedo. Luego sentí como unos brazos rodearon mi torso y poco fueron acercándome a su pecho, sentí otra fuerte punzada en el pecho y luego todo volvió a ponerse oscuro.

- Estará bien y lo sabes, Aryan - escuché a una mujer a lo lejos - Solo nos aseguramos de que ellos nos ayudarán a sacarla de aquí, y lo conseguimos... Mañana ella podrá ser libré....

- La lastimamos en más de una forma, Stefanya - Dijo la voz de un hombre, no reconocía el nombre, pero si su voz, era la del Doctor Umesh. - Mírala, es una niña, solo es eso... no es ni un monstruo, ni un demonio... es solo una niña que lastimosamente le a tocado una vida terrible.

- ¿A que se debe esta repentina compasión? - Dijo la mujer.

- No te hagas la dura, Stefanya - dijo el hombre - Me estas ayudando a sacarla. O ¿me dirás que eso no es compasión? - luego hubo un largo silencio - Estaba llamando a su madre...

- Aryan... - susurro - No pudiste hacer nada por tu hija y eso lo entiendo, pero ella no es tu hija.

- No lo es, eso es verdad, pero no cometeré el mismo error dos veces.

Intente abrir mis ojos, pero una agobiante punzada en mi cabeza me hizo parar de intentar.

- No te muevas - susurro el hombre, que ahora estaba segura de que era el doctor Umesh - Tu cuerpo esta muy débil, has liberado demasiada energía en muy poco tiempo...

- Yo... - mi voz de ahogo, y trate de desatar el nudo que se estaba formando en mi garganta. - Yo no puedo entender... que paso... - Abrí ligeramente mis ojos, tratando de ignorar el fuerte dolor de cabeza, ellos se veían agotados y pude ver a la mujer, era la doctora Poliakov. - ¿Que fue lo que hice?

SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora