Aun podía oírlos dormir, sus respiraciones eran suaves, sumamente ligeras. Mis ojos seguían cerrados y por más que lo intentaba mi cuerpo seguía sin responderme.
- Tamara... - escuche la voz adormilada de Yaiza. - Tamara, despierta.
- Vamos hombre, déjame dormir - respondió Tamara con la voz ronca.
- Déjate de haraganerías, levántate ya - le ordeno Yaiza.
- Bien, ya voy. - respondió.
- Zuriñe, tú también debes levantarte.
Zuriñe respondió con un gruñido.
- Zuriñe, no me hagas meterte una bala en el trasero para levantarte.
- Ya entendí - dijo por fin.
Sentí una mano suave tocar mi rostro, por un momento en mi mente, se formó la imagen de mi madre. Mi corazón se encogió y un nudo se formó en mi garganta, escuche varias cosas caer al suelo y a algunas las oí romperse, sentí una lágrima recorrer mi rostro, una tras otra, estaba llorando.
- ¡¿PERO QUE DEMONIOS?! - Escuche gritar a Yaiza.
- ¡Zuriñe, Yaiza, vengan a ver esto! - grito Tamara.
Escuche sus rápidas pisadas y un fuerte golpe.
- ¿Tamara, estas bien? - escuche la voz preocupada de Yaiza.
- Yaiza - dijo Tamara - Estoy bien.
- ¿Segura?
- Claro que sí. - ella rió por lo bajo - eres gracioso cuando te preocupas demasiado.
- Bien, después hablaremos del lado maternal de Yaiza - escuche un gruñido - Ahora, ¿que fue lo que sucedió?
- ¿Y aun lo preguntas? - dijo Yaiza - ¿Que no es obvio? Ha sido esa cosa.
- Su nombre es Rubí - me defendió Tamara. - Además, quiero que vean esto - sentí su mano de nuevo en mi rostro húmedo. - Ella lloró.
- Pensé que no podía hacer nada más que destruir cosas - dijo Yaiza con sarcasmo.
- Yaiza - le reprocho Zuriñe - Es una niña...
- Y debe estar asustada - respondió Tamara - Yo toque su rostro y ella lloro, quien sabe lo que debe estar pensando o recordando - dijo Tamara con nostalgia. - Debemos apresurarnos a llevarla a Vanta.
- Por... Por... favor - dije, mi corazón se aceleró, mi voz, estaba volviendo. - Por favor no.
- Está hablando - dijo con miedo Yaiza.
- Rubí - dijo Tamara - Puedes entendernos?
- Si - logre decir, me dolía un poco hablar, pero debía hacerlo.
Oí un suspiro de alegría, no supe quien fue, ni el porqué, pero yo también estaba feliz.
- ¿Cómo te llamas? - dijo Zuriñe.
- Mi nombre... es... Tracy - dije. - ¿Tu eres Zuriñe?
- Sí. - dijo no muy convencido.
- Lamento haberte herido- dije.
- Ah... está bien - dijo.
- No, no está bien, así como esto, dejen de hablarle, ella solo los está engañando, no lo ven? ella no quiere que la llevemos a Vanta.
- Yaiza - dijo Tamara, apenada.
- ¡Cállate, Tamara! - le grito. - ¡Ella es un monstruo, algo que no debió existir, un error!
ESTÁS LEYENDO
Sobrevivir
Science FictionSolo queda el 45% de lo que alguna vez fue la especie humana. De 5 continentes solo quedan pequeños trozos divididos. La Tierra dejo de existir como la conocíamos, ahora somos pequeños trazos del pasado. Todo esto fue causado por el choque de un met...