Capítulo 18

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Narra Alice:

Llegamos a casa sobre las dos de la madrugada. Todo tipo de objetos están tirados en el suelo, dificultando nuestro avance. Mamá mira resignada el desorden, sin tener fuerzas para otra cosa que tirarse en la cama. Desde allí nos desea buenas noches, cayendo en los brazos de Morfeo al instante. Me desvío hacia el baño para lavarme los dientes y noto como mi bolsillo vibra con violencia. Saco mi móvil de él y leo los mensajes de un desesperado Hoseok mientras me preparo para dormir.

H: Hola Alice:)

H: ¿Alice?

H: ¿Estás ahí?XD

H: Oye...

H: ¿Por qué Jimin tampoco contesta?TT

H: ¿SE PUEDE SABER DÓNDE ESTÁS?

H: Juro que llamaré a la policía

A: Hola Hobi, tenemos que hablar de muchas cosas.

H: Oh sí, ya te digo que tenemos que hablar de MUCHAS cosas.

A: Te adelanto de que tanto Jimin como yo estamos bien, gracias por preocuparte:) Hasta mañana<3

H: No sabes la que os caerá mañana.

Apago el móvil y me meto en la cama tapándome hasta las cejas con las sábanas. Al igual que mi madre y seguramente mi hermano, entro en un profundo y pesado sueño.

La mañana llega, y con ella, la necesidad de asistir al instituto. Nada más levantarme llamo a Jimin, pero parece estar durmiendo. Resignada sigo preparándome, aún siento el cansancio en mi cuerpo. Bajo al comedor y Tae me espera con una gran sonrisa.

-Para nuestra campeona- dice señalizándome el camino hasta la cocina.

Entro a la sala y me encuentro una gran montaña de tortitas con su sirope cubriéndolas. Puedo notar como se me iluminan los ojos y la boca se me hace agua. Decidida, ataco el plato sin decir una palabra. Tae ríe y se sienta a mi lado para acabar con su desayuno. Al acabar, hago los últimos retoques a mi peinado, haciendo tiempo para salir.

Aún sabiendo que mi padre ha sido enviado de nuevo a los Estados Unidos y que ha sido internado en una prisión preventiva, camino tensa por la calle. Justo al contrario que mi hermano, que pasea su habitual tranquilidad por toda la ciudad. Admiro tanto su despreocupación y su serenidad. Pensando en Jimin se me ocurren algunas preguntas para mi hermano.

-¿Y tú, hermano, estás interesado en alguien?

-¿A qué te refieres?- responde él algo alterado.

-No te hagas el tonto, sabes de qué hablo- le digo sacándole la lengua.

Taehyung sigue dándome largas hasta llegar a la puerta del instituto. Desde lejos diviso a Hoseok y voy corriendo hacia él. Le abrazo por la espalda, causándole un leve susto, y le saludo tiernamente.

-No creas que así reducirás mi enfado- dice controlándose.- ¿Se puede saber que es esto de estar dos días sin conectarse, sin llamar y, en general, sin dar señales de vida? Esto también va por ti, Tae.

-Tuvimos algunos problemas y...

-¿Y qué importa eso? No os podéis imaginar lo que me asusté. Llamé a Jimin y me contó que iba corriendo hacia vuestra casa, que algo malo había sucedido. ¿Y sabéis que hubo después de eso? ¡Nada! No sabía nada de vosotros- dice Hoseok, entre enfadado y entristecido.

-Lo siento mucho Hobi, apenas tuve tiempo de nada. Alejémonos un poco y te contamos todo lo sucedido- intento calmarle.

Inconscientemente nos dirijo al lugar donde previamente Jimin me pidió salir. Sonrío ante tales recuerdos, deseando que le den el alta cuanto antes. Una vez retirados de la multitud de alumnos que llegan al instituto procedemos a contarle lo ocurrido. A medida que avanzamos con el relato Hoseok va expresando todas sus emociones: preocupación, miedo, empatía... Una vez finalizado se disculpa por haber hablado tan duramente y comprueba miles de veces que nos encontremos en perfectas condiciones. Suena el timbre y nos damos cuenta de que el tiempo ha pasado rapidísimo. Nos dirigimos casi corriendo hacia nuestras aulas, riendo por el camino.

Al parecer, el centro había sido informado de la situación, ya que al acabar el horario escolar los profesores se me acercan para mostrarme su apoyo. Les agradezco cordialmente a todos, intentando salir lo más rápido posible para llegar al hospital. Mi madre me espera en la entrada del instituto con el coche. Maldigo a Taehyung por no haber llegado antes que yo y me dispongo a sentarme en mi asiento. Tae llega minutos después con una chica de su edad a la que conozco por haberla visto por el instituto. Parece que la cara de mi madre y mía lo dicen todo porque el chico no tarda en explicarnos la situación.

-Mamá, hermana, ella es Choi Haeri, mi novia. Espero que todos nos podamos llevar bien. Las espero en casa- dice apresuradamente Tae, volviendo a salir del coche.

-¿Taehy- dice la tal Haeri antes de ser arrastrada fuera del coche por mi hermano.

Mi madre y yo nos quedamos por unos segundos totalmente impactadas. Cuando mi madre logra recomponerse, comienza su marcha hacia el hospital con una sonrisa en el rostro. Se posiciona justo en la entrada y frena para que pueda bajar.

-Llámame cuando quieras volver a casa, ¿vale?- dice aún feliz por la noticia de mi hermano.

Asiento con la cabeza y me adentro en el enorme edificio. Me dirijo directamente a la habitación de Jimin, cruzándome con su madre por el camino. La saludo brevemente, ya que está hablando por el teléfono, y ella me devuelve el saludo. Entro en el cuarto, manteniendo el silencio que allí reina, pero mi novio se encarga de romperlo.

-¡Hola Alice!- exclama un Jimin claramente mejorado.

-¡Buenos días! Veo que te encuentras mejor- digo sonriente.

-Mucho, mucho mejor. No ir al instituto me sienta bien- dice sacándome la lengua.

-Que gracioso eres- digo bromeando. Me acerco a él y le dejo al lado de la cama unas galletas preparadas por mí aquella misma mañana.

-¿Las has hecho tú?- pregunta asombrado.

-Necesité la ayuda de mi madre, pero se puede decir que sí.

-Tienen una pinta genial, quiero probarlas ya.

-No, nada de eso. Espera a que me vaya. No quiero ver tu cara de decepción cuando las pruebes- le ruego.

-Que tonta eres- dice revolviéndome el pelo.

Pasamos toda la tarde juntos, bromeando de esto y de aquello. Especialmente hablamos de Hoseok y su enfado, y de Taehyung y su novia. Me hace tremendamente feliz ver que Jimin está fuera de peligro y que sigue tan contento como siempre. Tocan las ocho en punto en el reloj de la habitación, remarcando que es la hora de marcharme.

-Me tengo que ir, Jimin- digo entristecida.

-No te vayas... Quédate un poquito más- dice haciendo pucheros.

-Te ves adorable así, pero mi madre debe estar esperándome abajo. Dijo que la hora máxima eran las ocho.

-Pero cariño te echaré de menos hasta mañana.

-Me recordarás por el dolor de barriga que te causarán mis galletas. Además si voy a casa podré obtener información de Haeri y podré enviártela.

-Trato hecho- dice riendo Jimin.

Me despido de él, depositando un dulce beso en sus labios. Noto como Jimin sonríe sobre mis labios y me coge de la cintura, acercándome más a él. Me mantiene bajo su agarre, sin dejarme ir. Le recuerdo que debo ir a mi casa y el acepta con una frágil queja que me muestra todo el amor que siente por mí.

I don't like boys like you - JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora