I don't like boys like you - Jimin

Capítulo 15

Amanezco en la cama de Jimin con sus brazos rodeándome. Mis ojos están hinchados de haber llorado tanto. Intento desatarme de su abrazo, pero es en vano. Jimin se mueve y abre los ojos lentamente. Al verme a su lado esboza una sonrisa y me desea unos buenos días. Nos levantamos y bajamos juntos hasta el salón, donde ya se encuentran todos los demás.

-Buenos días- dicen todos a coro.

Les devolvemos el saludo. Me muero de vergüenza al darme cuenta de que saben que hemos dormido juntos. Observo a Jimin para poder compartir mi vergüenza, pero a él no parece importarle. Jimin y yo nos sentamos uno al lado en la mesa y pedimos disculpas por haberles hecho esperar. Mientras desayunamos, mamá nos explica a todos su deseo de volver a mudarse.

-Sé que os he fallado como madre, por eso quiero hacerlo mejor esta vez.

-Si nos ha podido encontrar aquí en Corea, nos encontrará en cualquier parte- sentencia Taehyung.- Lo que hay que hacer es enfrentarse a él.

-Eso es imposible para nosotros, Tae. Ya viste lo que fue capaz de hacernos ayer- dice angustiada mamá.

-Tenemos que contactar con la policía, ellos sabrán qué hacer- dice Tae.- Aunque duela condenar a un padre o a la persona con la que estuviste casada, es necesario.

Mientras ellos dos conversan, yo sólo puedo mirar fijamente a Jimin. Intentando reconfortarme, coge mi mano por debajo de la mesa y la sostiene con fuerza.

-No pueden ir a la estación de policía, seguro que la tiene controlada- interviene mi madre.- Mi hijo y yo nos podemos encargar de eso.

-No, por favor. Ya les hemos provocado demasiadas molestias- dice angustiada mi madre.

-No es una molestia, sólo queremos ayudarles. Yo... de verdad amo a su hija. Me moriría si algo malo le pasase a ella o a cualquiera de su familia. Déjenos ayudar- habla con sumo respeto Jimin a mi madre.

Mi madre asiente con la cabeza, agachando ésta mientras se le humedecen los ojos. Susurra varios "Gracias." que le salen del fondo del corazón. Mi hermano, posicionado a su lado derecho, pasa el brazo sobre sus hombros intentando protegerla de todo lo que está pasando.

Narra Jimin:

Dos horas y media después mi madre y yo íbamos de camino a la estación de policía. Mi madre se había encargado de preguntarles todo tipo de información y rellenar un par de justificantes con la firma de Leia. Mientras hojeaba los diferentes papeles admiraba la profesionalidad de mi madre.

-Se nota que estudiaste para ser abogada. Una pena que nunca llegaras a ejercer.

-Cosas de montar una multinacional con tu padre. Tampoco me arrepiento aunque pueda parecerlo- dice con la vista fija en la carretera.

Cuando llegamos entro al edificio nervioso. Mi madre se encarga de pedir hora para la denuncia y nos sentamos en los asientos de la entrada. Durante el tiempo que tenemos que esperar pienso en lo sucedido. Pienso en lo culpable que se debe sentir la madre de Alice, a pesar de que nada de lo ocurrido es por error suyo. Pienso en el miedo que siente mi novia ante la posibilidad de ser agredida, secuestrada, o quién sabe qué por su propio padre. Por último, pienso en el peso que carga Taehyung sobre sus hombros al querer proteger a los dos únicos familiares que tiene cerca. Mi madre me toca el hombro, despistándome de mi reflexión. Nos adentramos en los pasillos del enorme edificio, que en ciertas partes parecen un laberinto. Entramos en la sala 114, como se nos ha indicado en el papel que nos entregaron previamente. Allí nos encontramos con un hombre de mediana edad, alto y delgado, enfundado en su uniforme de policía.

-Siéntense, por favor- nos indica señalando dos sillas que se encuentran delante de su escritorio. Una vez acomodados, prosigue.- Cuéntenme, ¿qué les trae por aquí?

Mi madre le cuenta con multitud de detalles lo sucedido el día anterior. Cuando el policía nos informa de que sólo pueden denunciar las personas implicadas, mi madre le entrega el justificante que ha firmado la madre de Alice, indicando que nos autoriza a denunciar en su nombre. El hombre lo lee cuidadosamente y después, lo guarda en un sobre marrón.

-Ahora mismo pasaré la información a la base de datos y podremos comprobar si ese hombre tiene antecedentes- dice el agente mientras teclea en su ordenador.- Parece que no hay nadie que coincida. Oh, aquí está: Kim Seunghyo. Según nuestros datos, después de divorciarse con su mujer y volver a Corea desde Estados Unidos, fue denunciado por excederse con una joven de 20 años. Al ser reincidente, empezaremos con la búsqueda de inmediato.

Nos despedimos tras darle un número de contacto y agradecerle su eficiente trabajo. Un poco más alegres de lo que habíamos venido bajamos hasta salir del edificio. Caminamos hasta el coche, aparcado unas calles a la derecha.

-Que bien que todo haya funcionado, estoy esperando poder contárselo a Ali- digo, hasta sentir un fuerte golpe en la cabeza que convierte todo frente a mí en una inmensa oscuridad.