I don't like boys like you - Jimin

Capítulo 24

Narra Alice:

Había llegado la fiesta que cada año se celebraba una semana antes de la graduación. Llevaba ya unos días con mariposas en el estómago de tan sólo pensar en mi primera fiesta con Jimin. Lo había recreado todo en mi cabeza una y otra vez: nos encontraríamos en la puerta del local, avanzaríamos juntos hasta la pista de baile y una vez allí, bailaríamos hasta el amanecer. Todo un plan idílico. De repente, un grito agudo me saca bruscamente de mis ensoñaciones.

-¡Aliceeeee! ¿Dónde has dejado las planchas del pelo?- grita Taehyung desde el baño.

-Están donde siempre Tae, en el tercer cajón- digo molesta.

El chico se disculpa entre risas y prosigue con sus quehaceres estéticos. Mientras tanto, saco con cuidado el precioso vestido que había comprado unos días atrás junto a mi novio. No es por ser engreída, pero el color oscuro quedaba a la perfección con mi tez blanquecina. No puedo creer que la chica que está reflejada en el espejo sea yo. Doy unas cuantas vueltas sobre mí misma admirando el vuelo de la falda hasta que mis ojos divisan la hora que marca el reloj: las ocho y cuarto. El tiempo se me ha echado encima y lo peor es que ni siquiera me había dado cuenta. Con unos cuantos empujones logro sacar a mi hermano del baño. Tras una fugaz ducha me visto por fin con mi amado vestido y seguidamente empiezo con el maquillaje. Ya que no soy muy fan de los potingues y las pinturas, opto por un maquillaje suave e intentando que se vea natural. Cuando me doy por satisfecha llamo a mi madre.

-Mamá, ¿podrías ayudarme con el peinado?- pregunto un poco estresada ya que en menos de media hora empezaba el evento.

Por suerte, mamá no tenía nada que hacer y acepta rápidamente a mi invitación. Mientras elogia mi apariencia incontables veces, me peina meticulosamente hasta formar una trenza de raíz que recorre toda mi cabeza, a excepción de unos mechones que caen a ambos lados de mi cara. Tras dos rápidos besos y una corta despedida, Tae y yo nos apresuramos en llegar hasta el lugar donde se celebrará la fiesta en pocos minutos.

Narra Kim Seokjin:

Había podido divisar a Jimin con facilidad pero Alice se estaba resistiendo un poco más. Se me hacía extraño que no se encontrarán juntos en ese momento, pero poco debía faltar para que se encontraran. Dicho y hecho, puedo ver como la chica se acerca a su novio agitando su mano en el aire. Instantáneamente saco mi móvil y les hago una foto, como me había sido indicado. La envío a Minjeong y esta rápidamente me dice el siguiente paso del plan: esperar a que se separen antes de actuar. Y así hago, la noche sigue avanzando pero ellos no se alejan ni un momento. Por fin parece que ha llegado el momento.

Narra Alice:

Después de dos horas disfrutando de la presencia de Jimin, éste me pide de ir a ver al DJ junto a Jungkook y otros amigos suyos. Aún un poco recelosa, acepto con una sonrisa. Solamente me apetece verle feliz. Me acerco a la barra, buscando desesperadamente un asiento para que mis pies puedan descansar. ¿Quién me habría dicho que resulta tan doloroso bailar con tacones? Noto como un chico se sienta a mi lado, pero no llama lo suficiente mi atención para que me gire a comprobar de quién se trata. Una vez toca mi hombro, le observo casi por obligación.

-Buenas noches, ¿qué te está pareciendo la fiesta?- dice casi gritando Seokjin debido al sonido ambiental que reina en el lugar.

-Está bien, gracias. Hacía tiempo que no venía a un lugar así- respondo por cortesía.

-Señor, dos cervezas por aquí- pide levantando la mano.

-No, verás... yo no bebo- contesto un tanto avergonzada.

-Tranquila, las cervezas de aquí casi no llevan alcohol. Un poco de alegría para el cuerpo nunca viene mal- dice dando el primer trago a la bebida recién llegada.

Haciendo caso a su consejo, imito su acción. Hay que decir que el sabor de esa cerveza no está nada mal. Bebo hasta la última gota de la botella, impulsada por el clima de fiesta. Seokjin, sin preguntarme antes, pide otras dos cervezas. A medida que bebo más y más alcohol, noto como me cuesta menos hablar con él. Le cuento la tristeza que sentí cuando murió mi primera mascota, el miedo de cuando mi padre vino a por nosotros, la alegría de cuando Jimin me pidió ser su novia... Me siento cada vez más mareada y hasta llego a tener náuseas. Haciendo caso omiso de mis pedidos, el chico me levanta y me lleva hasta la pista de baile. Debido a mi débil estado, me tiene que llevar en sus brazos. Una vez en medio de todo el mundo, puedo notar como sus labios se funden con los míos en un amargo beso con sabor a licor.