Capítulo 8

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Miles de escenas pasaron a través de sus ojos; mucha gente muerta, la espada sagrada, traición, protección, sacrificio. Aquello parecía una pesadilla. Parecía tan realista que incluso pudo percibir la tristeza que rodeaba aquel ambiente, el dolor de la gente que había perdido a un ser querido, pronto se dio cuenta de que aquello no era un sueño. No... todo eso había sucedido y él había estado ahí presente. El conjuro por fin se había roto y él recordó todo. Se daba cuenta que había tomado una decisión dolorosa, pero tuvo que hacerlo, debía protegerlo a él, a su alma enlazada. Donghae despertó de inmediato. La amnesia se había ido. Donghae había sido uno de los pocos niños que nacieron con habilidades de usar poderes extraordinarios y al igual que los demás, había sido temido por los habitantes de Brentidet. El poder de Donghae era realmente extraño, nadie nunca supo designar su naturaleza. Es como si la magia en él oscilara, algunas veces era magia que controlaba las cosas, otras veces a los elementos. Otros eran diferentes poderes como rapidez. En verdad nadie sabía algo más. Era como si el los convocara a voluntad. Había recordado desde su niñez, su dura lucha por sobrevivir a las tempestades que se presentaban en Brentidet, la designación de la nueva generación de dioses protectores y el día en que lo conoció a él, a Lee HyukJae, el dios protector de la espada sagrada y su alma enlazada. Donghae recordó todas y cada una de las veces en que había estado a su lado, como su vida dio un cambio significativo al enlazarse a HyukJae y formo parte de las personas que protegían la espada y luego... eso, ese fatídico día que demostró su amor por HyukJae. Cuando él formo parte de los elegidos para cuidar de la espada, intensifico sus estudios y se convirtió en alguien poderoso, claro que eso solo era sabido por HyukJae. Nadie más necesitaba saberlo. Donghae lo había hecho porque quería proteger la espada y lo más importante, a HyukJae. Pero cuando aquella tragedia paso, creyó haber tomado la mejor decisión e hizo algo que protegería a HyukJae, nunca pensó que había elegido la idea errónea. Necesitaba hablar con él, tenía que contarle todo. Después de aquella explosión dónde él y la espada desaparecieron, no supo más. Había sido como un largo sueño del cual despertó el día que Siwon lo encontró y no recordaba nada de lo sucedido. ¿Cuántos años habían pasado? ¿Más de 200? ¿Qué paso con HyukJae cuando él desapareció? ¿Qué pensó de él al saber que había hurtado la espada sagrada? ¿Por qué no trato de ayudarle a recuperar la memoria? ¿Por qué había sido tan frio con él al principio? Donghae tenía muchas preguntas, pero antes de obtener respuesta alguna, necesitaba que HyukJae conociera la verdad. Estaba acostado en la cama de HyukJae, claro... la noche anterior habían hecho el amor. Un gran alivio cruzo a Donghae, HyukJae había confiado en él, no le reprochaba nada... y a pesar de la forma en que lo trato al principio, la actitud de HyukJae cambio para bien. Se giró para buscar a HyukJae pero no vio a nadie a lado suyo. Se bajó de la cama, tomo una bata que se hallaba sobre una mesita, camino hacia la ventana y observo lo que había a su alrededor. Es como si viera aquella escena por primera vez, al menos así lo era una vez que recordó todo. Europa, una de las puertas a Brentidet se hallaba a unos kilómetros de donde se encontraban. Después de pensar un poco, muchos pensamientos golpearon a Donghae una vez más. ¿Sería casualidad que HyukJae lo hubiera llevado precisamente a ese lugar? Tal vez su alma enlazada planeaba regresar a Brentidet con él para ayudarlo a revertir la amnesia. Su corazón bombeo. HyukJae lo amaba tanto con lo hacia él. En ese momento escucho voces a través de la puerta, poco a poco se dirigió a ella y la abrió solo un poco para ver de quien se trataba. Sin embargo al hacerlo, sintio aquellos celos de nuevo. En la sala se encontraba HyukJae hablando con Sungmin, Donghae recordó lo que Hyuk le había contado y sus celos crecieron más. Entendía el que HyukJae se hubiera sentido solo pero... él era su alma enlazada, y aunque solo hubieran sido caricias, lo había traicionado. Rayos, ahora que recordaba todo, aquel sentimiento solo aumentaba y lo atormentaba. Donghae quiso regresar a la cama y cerrar la puerta, pero lo que escucho hizo que se detuviera

Mi promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora