Capítulo XVI Amargas noticias

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Con semblante pétreo, Valentin terminaba de escuchar a Nikolay, sintiendo la furia crecer en él. Había esperado por días por información acerca de los responsables del ataque en su contra para que aún no dieran con los culpables.

En inicio, creyó que podría obtener información de los cuatro involucrados apresados por la policía mediante sus contactos con las autoridades. Mas resultó que aquellos sujetos habían escapado.

¡¿Cómo era posible que unos hombres que eran custodiados por la policía escaparan sin dejar rastro? ¡Incluso uno de ellos estuvo recluido en un hospital! ¿Es que acaso había huido arrastrándose en muletas?

Aquello no tenía sentido.

Valentin comenzaba a sentirse frustrado cuando cada posible pista que creía tener no le conducía a ningún lado. Y, además, algo le decía que necesitaba descubrir con suma prontitud quién era el culpable o quizá la próxima vez la suerte no sería tan favorable para él.

—Kolia, ya estoy cansado de esta mierda. Quiero información real. Así que no puedes empezar a fallar ahora —dijo Valentin con dureza, inclinándose hacia delante en su asiento y apoyando sus palmas en un firme golpe contra el escritorio.

—No lo haré. Hallaré a los responsables sin importar lo que tenga que hacer —afirmó Nikolay con suma seriedad.

Valentin se reclinó hacia atrás en su asiento, intentando calmarse un poco. Era consciente de que Nikolay estaba haciendo su máximo esfuerzo y que conseguir información no era tan fácil cuando muchas de sus fuentes habían desaparecido

—Por ahora la seguridad ha sido reforzada —continuó Nikolay—. Aunque estoy evaluando incrementarla. Además, sabemos que esos hombres eran kurdos. Y tengo la certeza de que pronto encontraré a quienes huyeron. Y cuando lo haga, sabremos quién los contrató.

Valentin posó su mirada sobre el escritorio de oscura y pulida madera, asimilando lo dicho por Nikolay. Los hombres que les habían atacado eran kurdos y esto llamaba su atención. En principio, tuvo en la mira a cualquiera que pudiese tener relación con asesinos de aquel tipo. E incluso en algún momento sus dudas recayeron sobre Arshad. Sin embargo, desechó parte de sus sospechas ante el hecho de que con su muerte, quien tendría mayores pérdidas sería Arshad. Pero tener casi la certeza completa de que no era Arshad sólo empeoraba la situación puesto que se encontraba sin ningún indicio de la identidad real de sus atacantes.

—Dedícate a encontrarlos. Y hazlo rápido. La próxima vez no estoy tan seguro de que seamos igual de afortunados —sentenció Valentin.

—Obtendré la información lo más pronto posible—afirmó Nikolay con un ligero ademán—. Aunque, sobre el otro asunto que estuve investigando acerca de la hermana de Leonid, finalmente he conseguido algo.

—¿Qué encontraste?

—Según mis fuentes, la chica sigue con vida. Sólo que aún no he logrado confirmar dónde se encuentra. Al parecer, luego de terminar en la ciudad de Shajty, la chica escapó de aquel hombre llamado Pavel. Aunque desde entonces, su localización es algo que se desconoce

Ante la información recibida, Valentin se tornó pensativo, dejando de lado el asunto del atentado durante unos instantes. Por fin estaba por cumplir la promesa que le hizo a Leonid. Aquella información representaba para Leonid la esperanza que el hombre tanto anhelaba.

No obstante, Valentin sólo le había ofrecido volver a saber de su hermana. Pero Leonid jamás tendría de regreso su vida pasada. Entonces, ¿qué clase de «esperanza» estaba ofreciendo?

Quizás en realidad no era esperanza lo que le estaba ofreciendo, sino todo lo contrario. Pero sin importar lo que se agitara en su interior Valentin mantendría lo que había prometido.

Ojos grises © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora