Ojos grises © (Completa)

Capítulo XXXV Sin marcha atrás

Los ojos de todos los presentes permanecían atentos sobre Lucien el cual con una sonrisa felina, enfrentaba a quienes esperaban una explicación sobre sus planes.

Por otra parte, Leonid quien se mantenía atento a lo que hablaría el francés, observaba cómo el rostro de Bahram se crispaba con cierta impaciencia y desconfianza hacia el pequeño hombre. Mientras que Lyov quien se encontraba junto a Lucien, mostraba una ligera exasperación al mirar a Lucien, como si la mera idea de estar junto a este le resultase desagradable, pero inevitable.

Y ante aquella reacción Leonid se sintió intrigado. Aún no comprendía del todo la relación entre Lyov y Lucien. Sin embargo, más allá de esto, a Leonid aún le costaba creer que aquel hombre siempre inexpresivo y al cual Valentin consideró como su hombre más leal, en realidad estuvo traicionándole desde el inicio y era en realidad un agente del FBS. Mas no eran momentos de cuestionar aquello.

Lo que realmente importaba y la razón por la que todos los que se encontraban allí era por un objetivo en común: acabar con Konstantin. Y quisiesen o no, trabajar juntos era su única opción.

—Entonces, ¿de qué manera se supone que llegaremos hasta Konstantin? —preguntó Barham con dureza, pareciendo querer deshacerse de Lucien si este no le daba una respuesta satisfactoria.

—Llegar a Konstantin no es tan sencillo y a medida que transcurra el tiempo y su poder sea mayor, lo será aún más —dijo Lucien con simpleza, haciendo un gesto como si aquello fuese obvio—. En el exterior, Konstantin siempre está protegido. Pero por fortuna, aún no es impenetrable si sabemos dónde y cuándo atacar.

»Últimamente, Konstantin se mantiene resguardado y ha limitado sus exposiciones. Durante los últimos días no ha abandonado la propiedad Vasíliev. Se ha estado preparando para proclamar su lugar entre los demás líderes. En especial, entre los más antiguos quienes aún le desprecian. Sin embargo, a pesar de que siempre ha sido un hombre inteligente, en estos momentos su confianza y arrogancia pueden traicionarle —dijo con sorna—. Y con Valentin fuera del camino y muchas de las familias apoyándole, él debe creer que en la actualidad no hay nadie que pueda intentar atacarle. Pero yo diría que en realidad se ha convertido en un estúpido arrogante.

—Un momento, ¿estás diciendo que la única opción que tenemos es atacar directamente su territorio? —inquirió Leonid con repentina incredulidad ante la idea que exponía Lucien. Aunque no daría marcha atrás con respecto a la decisión que había tomado, la idea que insinuaba el hombre era una locura suicida—. Konstantin controla todo el lugar. No lograríamos entrar y si lo hiciéramos, nos descubrirían de inmediato y estaríamos muertos antes de poder siquiera intentar algo.

—¿Acaso ya te acobardaste? Si estás aterrado, puedes largarte y dejar de estorbar —espetó Lucien provocándole con cierto desdén.

—No se trata de cobardía sino de la realidad —replicó Leonid con acritud—. Al igual que todos aquí, yo también quisiera ver muerto al hijo de puta de Konstantin —dijo observando fugazmente como la oscura mirada de Barham refulgía con odio ante la mención de aquel nombre—. ¿Pero cómo se supone que lograremos entrar?

Sus cuestionamientos parecieron exasperar a Lucien. Pero no le importó. No iba a callarse cuando había logrado llegar hasta allí.

Lucien chistó con leve exasperación para luego contestar:

—No todos los hombres de Konstantin son leales a él. Siempre habrá alguien que por más fidelidad que aparente, al final sólo protegerá sus propios intereses cuando se vea empujado al borde. Además, contamos con que las zonas traseras de la propiedad cuentan con áreas de salidas secretas en caso de emergencia, aunque esto no suele ser conocido por todos en el lugar por obvias razones. Pero esto es una ventaja. Y a pesar de que los aledaños suelen estar custodiados; sin contar la presencia de los sensores y cámaras, no tendremos que preocuparnos por eso. Pero aun así, sólo les advierto una cosa: aunque tengamos un objetivo en común, una vez que entremos dependerá de cada uno alcanzar lo que busca. Así que, caballeros, ¿están de acuerdo en aceptar esto?