Capítulo 9

313 28 1
                                        


Suspira, tirando de las sábanas hacia arriba hasta taparse el cuerpo completo. Quisiera gritar pero no puede. Kate y Hayle duermen en la habitación de al lado. Cómo le gustaría poder apagar sus pensamientos... por no hablar de sus sentimientos. Cierra los ojos con fuerzas mientras suelta el aire despacio por la boca, intentando mantener la calma. Es más que consciente que se ha equivocado a aceptar la ayuda de Kate. Pasar tanto tiempo con ella y dormir en su habitación, en su cama... le va a hacer más difícil llevar la situación. Resopla y se mueve despacio para cambiar de posición, quedando recostado sobre su lado derecho. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? Inspira hondo y sus fosas nasales se llenan de ese olor a cerezas tan característico de Kate. Bufa, dándose por vencido. Tal vez... De todas formas ya ha roto todas las normas y leyes, está metido hasta el fondo en esto. No solo la ha ayudado saltándose las reglas sino que ha mentido y manipulado informes. ¿Para qué seguir luchando contra sus sentimientos? ¿Para qué reprimirlos si con todo lo que ya ha hecho es más que suficiente para perder su trabajo? Aunque todavía tenía la duda sobre qué es lo que realmente sentía Kate y, no menos importante, si aún sigue sintiendo algo por él después de su rechazo.

XXX

Pasa sus dedos por encima de la mejilla de su madre, sin ejercer presión tan solo haciéndole sentir unas leves cosquillas sobre su rostro. Ríe cuando la ve arrugar la nariz y ésta abre los ojos ante ese sonido que tanto le gusta.

-Hey, buenos días -le desea, acercando sus labios a su frente para dejar un beso.

-Benos días, mami -repite, besando su mejilla-. Tengo hambe -la informa, tocándose la barriga.

-¿Nos levantamos ya entonces o quieres esperar un ratito más? -pregunta, pasando un brazo por la cintura de su hija, acercándola más a ella.

-No, quero levantadme -contesta, empezando a patear la sábana para destaparse y salirse de la cama.

-Está bien, vamos a levantarnos -acepta, acordándose de que quizás Castle también tenga ganas de desayunar ya.

-Eh, eh -llama su atención-, descalza no. Hay que ponerse las zapatillas.

XXX

Se rasca la cabeza mientras piensa en dónde vio poner la sarten a Kate. ¡Si la ha visto mil veces cocinar! ¿Cómo puede no acordarse de dónde guarda las cosas si pasa más tiempo en esa casa que en la suya propia? Además, ya cocinó dos veces antes para las Beckett. Vuelve a abrir el armario, ese que ha abierto tres veces ya, provocando que ruede los ojos. Ahí está y no la había visto antes. Suspira. ¿En dónde tiene la cabeza? Porque está claro que no en el desayuno que ha planeado cocinar.

El insomnio que ha padecido durante toda la noche lo ha hecho pensar y le ha ayudado a tomar una decisión: va a intentar disipar sus dudas respecto a los verdaderos sentimientos de Kate y va a dejar fluir los suyos propios. No más contención.

-¿Qué haces? -la voz de Beckett lo hace darse la vuelta y, dado el tono que ha utilizado, lo hace de forma lenta y entrecerrando los ojos-. ¿Se puede saber qué haces levantado? -Inquiere poniendo los brazos en jarras-. Deberías de estar acostado, descansando. Ya escuchaste al médico.

-Pero yo... quería haceros el desayuno -contesta con voz dubitativa cuando la ve caminar hacia él.

-Te lo agradecemos, pero no estás en condiciones -le quita la sartén de la mano y la deja sobre la encimera-. Venga, te ayudo a recostarte. Yo me ocupo del desayuno -dice, pasándole un brazo por la cintura y haciendo que él coloque el brazo que queda pegado a su cuerpo por encima de sus hombros.

Beautiful MessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora