Capítulo 10

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-Tampoco estás obligado a decírmelo si no quieres -contesta Kate a la pregunta con cierto pesar. Está claro que si no quiere decírselo es porque no confía en ella. Traga saliva y hace el ademan de levantarse pero una mano sujetando su muñeca se lo impide.

-Kate -Rick dice su nombre, esperando que ella lo mire como respuesta.

-No, de verdad, Castle. No tienes por qué contarme nada; suficiente has hecho ya por mí... por nosotras -se corrige, colocando un mechón de pelo detrás de su oreja.

-Sí que quiero contártelo, sólo estaba bromeando -dice, tirando de ella para que quede más cerca de él.

-Pero... -Castle alza una mano para que se calle.

-Pero nada. Confío en ti -confiesa para alegría de su acompañante-. Nací en una familia con bastante... bastante poder adquisitivo, digamos.

-¿Con bastante poder adquisitivo? -Alza una ceja, repitiendo lo que acaba de decir el trabajador social, sin darse cuenta de que había hablado en voz alta.

Castle ríe al ver su cara de sorpresa. Por más que él se pueda dar algún que otro capricho, no es el tipo de hombre rico que se pasea día a día por Nueva York.

-Crecí sin ningún tipo de preocupación económica -responde, volviendo a llamar la atención de Kate-, pero sí con la reprobación de mi padre. Nunca quiso que me dedicara al campo de lo social, más bien quería que siguiera sus pasos y fuese un hombre de negocios pero, por suerte, tuve el apoyo de mi madre y aquí estoy.

-Nunca me hubiese imaginado que fueses rico, Castle -dice y en su voz puede notarse la sorpresa que ha causado su confesión en ella.

-Eso es porque no has visto mi casa -bromea-. Bueno, me las he apañado para dejar de ser el "hijo de" y ser un hombre normal de Nueva York -vuelve a usar un tono serio-. Hasta me cambié el apellido. Tampoco era algo que me fuera a ayudar en mi trabajo; que te relacionen con uno de los hombres más ricos y poderosos de la ciudad cuando te dedicas a ayudar a familias en situaciones extremas es algo que podría provocar rechazos. "Tú que lo has tenido todo, ¿qué vas a saber de la crueldad de la vida?" -Se encoge de hombros-. Así que no te preocupes, todo el dinero que te he dado es legal -dice divertido, provocando que Kate arrugue el entrecejo, dándole un pequeño manotazo en el hombro.

-Nunca he dudado de ti. Sólo o era... curiosidad -declara.

-Sólo por si acaso -levanta ambas manos mientras hace una mueca con los labios-. ¿Puedo yo preguntarte algo ahora? -inquiere, removiéndose nervioso en sofá, pues sabe que lo que está a punto de preguntar va a cambiar por completo el ambiente relajado que se ha instalado en la sala.

-Claro, dime -responde.

-No es una pregunta fácil -le advierte-. Si quieres, puedes no contestarla. Prometo que esto no irá en el informe ni saldrá de este departamento, pero... siento la necesidad de hacértela, de saber la verdad. Si tú estás dispuesta.

Kate asiente no muy segura de sí quiere que sea formulada esa pregunta.

-¿Alguna vez... alguna vez fuiste golpeada por los hombres que acosaban a tu padre? -El silencio que se instala es suficiente como para que Castle pueda disipar sus dudas, lo que le hace susurrar insultos mientras aprieta los puños con fuerza-. Kate, lo siento. No debí preguntarte pero es que desde que te conocí tuve esa duda y...

-No pasa nada, Rick -dice, suspirando-. Será mejor que vayamos a dormir. ¿Necesitas ayuda para llegar a la habitación o necesitas algo?

-Kate, de verdad que lo siento pero...

-Dejémoslo estar, por favor. No es algo que me guste recordar -confiesa con lágrimas en los ojos.

-Perdóname -le pide, cogiéndola de la mano-. Perdóname por haberme dejado llevar por... Yo...

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