Hábitos de un Fugitivo

-11 Horas

Lo que había en una casa:

Un niño durmiente.

Un niño feliz.

Un niño asesinado por una bailarina.

11 Horas antes                                                                                   Jake (Pirata)

Datos relevantes:

    - Orden de aprensión por violación a las normas básicas de vida 1 y 2.

    - Cargos por posesión de adrenalina en polvo.

    - Un hermano de siete años.

Jake Blair tronó sus dedos, un viejo vicio que había adquirido poco después de la muerte de Kurt. Ahora él era un objetivo más de los androides y como cada noche su vida corría peligro. Activó la pantalla y el teclado se extendió ante él, sus dedos se movieron con velocidad sobre las teclas.

Alzó la vista unos segundos para contemplar el final del callejón, en ese momento debía tener la apariencia de un mendigo más, acuclillado y cubierto por retazos de plástico. El disfraz perfecto para el objetivo de la noche, aunque no era su favorito. Gran parte del trabajo dependía de su eficacia como Pirata.

LA PARCA contaba con él. Los salvajes contaban con él. Su hermano también.

Sintió el movimiento sobre su cabeza, con la mano izquierda tanteó el bolsillo de su vieja chaqueta de cuero a prueba de balas. Desactivó su chip, imposibilitando un futuro rastreo por parte de aquel androide. Giró sobre su espalda.

Sacó la brillante Killer. Apuntó al niño que parpadeaba frente a él, los ojos de este habían cobrado un tono azul brillante y parecían que no podían terminar de procesar algunos códigos. Jake supo que no sería capaz de efectuar ninguna desactivación en algo de apariencia infantil. Hacía falta quitarse humanidad para un acto tan atroz.

El niño se enderezó, movió los dedos hasta que estos se separaron entre las falanges. No había ninguna sonrisa en su rostro, los falsos labios eran una línea tensa. El pulso le tembló.

—Código de ciudadano —ordenó.

Jake hizo una mueca. Disparó su arma. La bala de platino pasó a pocos milímetros del centro operacional del androide. El niño parpadeó.

Echó a correr por el callejón. Killer vibraba de la emoción entre sus manos, quería ser disparada de nuevo. Jake afinó su oído, sería capaz de escuchar al androide acercarse, tenían ese sonido particular que se parecía más al silencio que a un ruido en sí. Era espeluznante.

Escuchó la melodía de una calle concurrida.

Estaban en San Francisco después de todo, la ciudad que nunca dormía y donde siempre se corría peligro. Sintió unos milisegundos de interferencia, Jake dio un salto hacia atrás evitando por completo el puño que venía desde arriba.

El aire se llenó de polvo.

Tosió.

Su vista se volvió borrosa y lo siguiente que captó fue una mano aferrándose a su cuello. Demasiada fuerza contra un humano. Era un androide descompuesto. Jake lanzó varios golpes con Killer hacia su atacante, a la espera de que alguno hiciera efecto.

<<Deja que yo me haga cargo>>

<<Sabes que soy mejor que tú en esto de pelear contra androides>>