Un Instagram de locos (Auryn)

Capítulo 21

Era de noche, ya todos estaban dormidos, y yo, como ayer, soy la única que sigo levantada.

>>Supongo que esta vez David no se habrá desvelado.<< Pensé.

Encendí la pequeña lamparita que hay en mi mesilla de noche y veo la hora en el reloj que hay en cima de esta. Son las 2:25 a.m., suspiro y me levanto de cama, bajo las escaleras. Pasando por el pasillo me fijo que la luz de la cocina está encendida. Extrañada me acerco a ver quien está en ella.

- Hola Ale - sonríe -, veo que hoy tampoco somos capaces de dormir.

Lo cierto es que ahora es como si, antes de dormir, necesitaramos estar un rato los dos juntos, hablando a solas, abrazados... es algo que no me ocurre con Carlos, aunque... Hay algo que nadie sabe... Y es que yo estaba enamorada de David, no de Carlos. Cuando lo ví fue como si viera a un viejo amigo pero, cuando me confesó que me amaba... las cosas cambiaron... y ahora... no soy mas que un maldito mar de dudas.

- Sí, - sonrío - ¿te apetece que tomemos un chocolate caliente a ver si nos entra el sueño?

- Me parece muy buena idea, - sonríe.

Sus ojos ahora destelleaban alegría, supongo que por el echo de estar yo allí en ese momento, o por lo del chocolate caliente (xD).

Me dirijo a un armarito donde guardamos la vagilla. Me estiro un poco y cojo dos tazas, las dejo sobre la encimera y abriendo la nevera cojo leche y la cierro. Echo leche en ambas tazas y las meto en el microondas.

- Oye - dije.

- Dime, - me miró - ¿que ocurre?

- Ah nada, sólo es que... hay algo que ronda mi cabeza mucho - digo mirando al suelo.

Él me mira extrañado.

- ¿El qué? - me mira frunciendo el ceño.

- Es que.... hay algo que nadie sabe... ni siquiera Carlos...

- ¿Y yo? ¿Y Dani?

- Nadie lo sabe, - suspiro - ni siquiera vosotros.

Me mira unos instantes en silencio, un silencio algo incómodo. Es como si ambos esperaramos a que el otro dijera algo, un mero comentario aunque solo fuera.

- Es que... yo no estaba enamorada de Carlos...

- ¿A no? ¿Y ahora? - me pregunta ceñudo.

- Ahora no sé, pero antes no. Estaba... - cojo aire - enamorada de otra persona.

Nos volvemos a quedar unos instantes en silencio. Ambos con la vista clavada en el suelo.

¿Estaba segura de ñlo que estaba apunto de decirle? No. Lo cierto es que no sé como se lo tomaría. Pero... supongo que hay que arriesgarse para saber que pasará. Y no quedarse con esa espinita de: "podía haberselo dicho".

- Y... ¿se puede saber quien era esa otra persona? - dice con un hilo de voz.

- Claro.

- ¿Y quien es? - me miró fijamenmte, con esos profundos ojos color café.

- Eres tú. - Lo miré fijamente, él apartó la mirada algo sonrojado - y... cuando te vi, no te niego que no sentí nada en especial hacia ti. Pero... cuando me dijiste que me amabas y todo lo que me dijiste... empecé a poner en duda todo, en si todavía te seguía amando... y cosas así. Y... quería esperar un tiempo para ver si es solo que que me lo hayas dicho así de repente me haya afectado en cierta manera, o si relamente sigo sintiendo cosas por ti.

Él escucha en silencio, bastante sonrojado y pensativo, me pregunto que pasará por su cabeza ahora mismo. En un acto reflejo me senté junto a él y lo abracé. Él no se resistió, es más, pasó sus brazos alrededor de mis hombros y me acercó más contra sí. No sé como ni porque pro mi vista se comenzó a nublar y gotarrones comenzaron a caer por mis mejillas, bañandolas. Escondí mi cara en su pecho y cariciando mi pelo ahogué un sollozo.

- Y... estaba pensando en pedirte un beso... pero me dije que eso tal vez no era lo mejor... que debería esperar a ver si sentía las mismas o más cosas con el paso del tiempo... pero las ganas de besarte me consumen - dije entre sollozos -, de abrazarte, de hacer esas tonterías de pareja tan bonitas y mágicas... Pero es que ya no puedo más y...

Me calla. No me deja terminar. Me calla de manera que todos mis sentidos parecen dejar paso a que el tacto haga su trabajo. Suave, cálido... automáticamente siento como si no estuviera en mi casa, como si volara... pero... ¿como me calla?