Capítulo 12: EL NOVIAZGO

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Fue algo difícil comunicarle la noticia a mi familia, pero todo salió mejor de lo que pensé, se alegraron mucho, consideraban a Dylan como de la familia, su preparación y educación eran suficientes para agradarle a los Blake.

Lo puedo describir como mi hombre perfecto, me sentía completa a su lado, gracias a él pude superar las cosas del pasado que había citado antes. Amaba que me tomara de la mano, que me protegiera, que me demostrara tanto amor incondicional, que estuviese siempre conmigo como mi ángel de la guarda. Era hermoso sentir amor, era hermoso tenerlo.

Los detalles nunca faltaban, las acciones románticas, lo cursi, los mensajes de buenos días y todas esas cosas que nos mantenían cada vez más juntos y enamorados.

La relación era muy entretenida y poco rutinaria, a diferencia de cuando éramos amigos, me llevaba a sitios diferentes y cada salida era más sorprendente, lo único de rutina era ir a ver los atardeceres en la playa de Ponte Vedra, íbamos todos los viernes y me fascinaba hacerlo.

Los noches eran largas y los días cortos, esperaba la luz del sol para verlo tocar mi puerta, mi madre lo esperaba con tazas de cafés y él le llevaba el periódico del día, luego asistíamos a la universidad.

Mis días iban excelentes, eran de ensueño.

Los meses nos dejaban atrás y el amor permanecía, nuestros besos eran como el primero y cada mañana en mi puerta era como tener semanas sin verlo. Podría decir que nunca se apagó la llama.

Todos comentaban que Dylan y yo éramos la pareja perfecta, sabían sobre la vez que me ayudó y resultaba romántico ser la novia de tu héroe, fue como un amor correspondido.

Su vida giraba entorno a mí y simplemente él era mi vida.


Hannah BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora