Todo empezó en Jacksonville Florida, lo recuerdo como si hubiese sido ayer, era un sábado de junio en el que tenía planeado salir a bailar. Recién había cumplido los dieciocho años de edad, ese día en Jacksonville estaba soleado, pues ya era verano, lo que indicaba que era fecha en la que mis amigas y yo hacíamos pijamadas y salíamos a bailar por las noches hasta quedar embriagadas y con chicos en nuestras camas.
Esa noche mis padres no querían que saliera de casa, pero nada pudo impedirlo. Me coloqué unos shorts azules, mi blusa negra que tenía escrito con serigrafía "Off dutty" y mis botines negros. Me escapé por la ventana, María me estaba esperando en el auto de Juan, su novio, en el que en la parte trasera se encontraba Shelsie. Eran mexicanos y nos iban a llevar a donde se reunían casi todos sus parientes.
Todo el camino charlábamos de mi familia y sus estúpidas reglas, me hacían ver como una niña, lo que ocasionaba burla de parte de mis amistades.
Tardamos treinta minutos en llegar. Me sentía en un rancho, todos bailaban y bebían cerveza como si fuese agua, no era mi ambiente, yo era más de discos, pero como decía mi abuela "el ambiente lo haces tú mismo sin importar el lugar". María y Juan desparecieron entre la multitud, una guapura invitó a bailar a Shelsie, me sentí algo celosa, mi amiga era hermosa, rubia de ojos azules, pero yo simplemente era de pelo castaño con ojos color miel, quedé sola, no quería sentirme excluida, me dirigí hacia la barra, pedí vodka, me sorprendió la rápido que me atendieron, con el sabor de la bebida en mi boca pude escuchar una voz masculina que se dirigía a mí, era un hombre alto, como de algunos veintiocho años, fuerte y de piel blanca, con el alto volumen de la música no pude entender con claridad, sacó dinero de su billetera y pagó mi cuenta, algo agradecida me acerqué y le dije al oído que me gustaría conocerlo, algo airoso me respondió alagándome, no lo puedo negar, me sonrojé un poco.
El hombre me tomó del brazo, yo lo seguí, me cuestionaba a mí misma donde me llevaba. Caminamos hacia fuera de la fiesta, donde solamente se encontraba un auto gris del año, nos dirigimos al coche, abrió la puerta del pasajero indicando que entrara, lo hice al igual que él, lo encendió y empezó a conducir.
Manejó hasta un punto que no sabía dónde estábamos, se aparcó frente a una tienda que ya estaba cerrada, pensé que me iba a ordenar que fuese a robar pero no hizo nada más que mirarme detenidamente, tragué en seco, quería salir y correr pero mi cuerpo no respondía. Puso sus manos en mi pierna, mi corazón aceleró el pulso, me ponía cada vez más nerviosa, mientras acariciaba mi muslo trataba de calmarme. Me pidió que me comportase bien, fue lo único que pude escuchar antes de que me tirara en los asientos de atrás.
Cerré los ojos, sentía como quitaba mi ropa y lamia mi cuello, sólo esperaba salir con vida, me colocó de espaldas, sujetando fuertemente mis manos las puso sobre mi trasero. Mi respiración se cortaba, tenía todo el peso de ese monstruo sobre mí.
Sufría, recordaba a mis padres diciendo que no saliera, traté de zafarme de su agarre, grité tan alto como pude, vendó mis ojos, ató mis manos y colocó sus sucias medias en mi boca, me movía como podía, aquel hombre me golpeó tan fuerte que quedé en coma.
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Hannah Blake
Fiksi RemajaLa adolescente Emily Thomson encuentra una especie de mensaje y una hermosa historia de amor escritas en una libreta que despertarán su curiosidad y le harán emprender un viaje. Únete junto a Emily en la búsqueda de Hannah Blake, quien envió la libr...