Capítulo 22: UNA LLAMADA.

57 32 2
                                    

Dylan y yo veíamos Alf en la televisión, nos encantaba verlo a las cinco de la tarde, luego de que terminó el episodio el terapeuta nos hizo una visita para ver el progreso de Dylan, después de algunas seis semanas era justo y necesario que le quitasen los yesos, sólo faltaban algunas terapias físicas para que pudiese caminar como antes.

Me estaba preparando para darme un baño cuando Dylan recibió una llamada de un desconocido.

– Buenas, estoy bien, gracias –Dylan respondía, un minuto más tarde puso la llamada en alta voz para que yo pudiese escuchar.

– Hoy estabas en su trabajo buscándolo, necesitamos hacerle una propuesta –decía aquella voz masculina.

– ¿Qué tipo de propuesta?

– Un mejor trabajo, tendrías mayor ingreso.

– Perfecto ¿de qué trata?

– Maestro de música en Juilliard.

– ¿Juilliard? ¿escuché bien?

– Si, necesitamos un maestro como usted, le ofrecemos vivienda ¿está de acuerdo?

– Nueva York, no sé si mi prometida esté de acuerdo

– Amor, claro que sí, pregunta si puedo ir contigo –susurré.

– ¿Ella puede ir conmigo?

– Claro, señor, lo esperamos el sábado al medio día.

– ¿Piensa usted que prepararé todo en tres días?

– Pues claro, su prometida que se quede empacando todo, hasta luego señor.

Puse los ojos en blanco, ¿en tres días? ¿Dejarlo irse antes? ¿Qué les diría a mis padres?

Luego del baño me dirigí a casa de mis padres para contarles, se pusieron como locos pero al final aceptaron, fue extraño que aceptaran, mis padres no eran muy sueltos, me veían como de diez años, les pedí ayuda y algunos consejos, era una buena oportunidad para mi carrera de Derechos, e iba a tener otro estilo de vida, me encantaba la idea exceptuando dejar a mi familia.

Un día antes de la partida de Dylan estuve conversando sobre sus terapias, aún no estaba del todo bien para caminar, me preocupaba bastante, él solo en Nueva York no iba a poder sostenerse. No estaba preparada para dejarlo ir sin mí por una semana, no sabía lo que era dormir sola en una casa, me asustaban las películas de horror, ahora lo veo como un chiste pero ese momento era escalofriante, luego proseguí empacando sus maletas.


Hannah BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora