Capítulo 37

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Aquella mañana, Zacky amaneció renovado. Antes, tan solo la idea de terminar con Meaghan le aterraba....Bueno...Ella le aterraba. Pero ahora, sentía una fuerza invisible que le había invadido cada célula del cuerpo. Ya había entrado en razón respecto a su relación con su rubia novia. Las cosas no iban ni para atrás ni para adelante, solo empeoraban cada día más. Creía que si seguía en este huracán enfermizo, acabaría teniendo algún tipo de enfermedad mental. 

Miró el reloj de su celular, apenas eran las ocho de la mañana. Ya que no tenía sueño, decidió levantarse y darse un baño bien caliente. Entre eso y vestirse, no tardó nada. Así que, para las ocho y media, ya estaba bajando a la cocina para desayunar. Mientras la cafetera estaba empezando a funcionar, ponía en un plato unas cinco tostadas y buscaba queso untable. Cuando tuvo todo en una bandeja, se llevó todo a la mesa del comedor. Tenía nuevas ideas para el álbum que estaba en curso. Le hacía falta una buena canción de amor, una buena balada, pero bien metalera. Se terminó su desayuno sin darse cuenta. Tenía a flor de piel la creatividad extrema. Solo cuando se exprimió por completo se percató de la hora. Era un poco más de las diez de la mañana. Decidió que era momento de levantar vuelo. Lavó todo lo que usó, buscó las llaves de su auto y se puso en dirección al hospital.

En el camino, puso el reproductor de su celular. Se sentía de buen humor....¡Hasta el cielo lo estaba! No se veía el más mínimo rastro de nubes. Iba tamborileando los dedos en el volante. No importa si otra vez le daban cinco minutos para ver a Chris, se conformaba con tomarle una mano por diez segundos.

Llegó al hospital, estacionó, entró y preguntó por Leandro. Él apareció al cabo de unos minutos. Parecía preocupado, cansado y daba la sensación de que no había dormido, su jovialidad ya no estaba. Zacky lo notó de inmediato.

-Doc! Buenos días!

-Buenos días, Zacky...-contestó Leandro con un mal intento por ocultar su estado. Hasta su media sonrisa parecía falsa.

-Doc...Esta todo bien?-preguntó Zacky frunciendo el entrecejo.

-Sí...Es que...Estuve...Con algunos problemas...-Leandro no sabía que excusa decir.

-Chris esta bien...?-preguntó el músico con preocupación.

-Qué? Ah, sí! Chris esta perfecta! No ha habido cambios.

-Uf, menos mal. Casi me quedo sin respirar.

-Tranquilo. Quieres verla?

-Se lo ruego!

-Jajajaja. Ven!-aquella sonrisa fue la primera sincera en demasiadas horas.

Mientras iban a la habitación de Chris, Leandro pensaba en todo lo que hacía aquel muchacho por esa joven. Probablemente, ella no supiera lo que Zacky sentía. Probablemente, cuando despierte se encontrará con muchos cambios y nuevas noticias. Probablemente, su vida dará un giro 360º. Leandro se sentía en parte culpable. Aun no sabía cómo reaccionar ante ésto...¿Cómo lo haría una joven de 22 años? ...Ahora todo parecía tener sentido...Pero decidió no sacar ninguna conclusión hasta no hablar con Florencia. Se preguntaba cómo es que no tenía esposa ni hijos...Quizá fuera porque estaba muy metido en su oficio...O...¡No! Jamás pudo superar a aquella joven tan parecida a Chris que le robó el corazón...Esa era su cruda verdad.

-En unos minutos te vendré a buscar-dijo Leandro cuando llegaron a la habitación.

-Gracias, Doc!

-Por favor, deja las formalidades. Llámame Leandro-dijo él extendiendo su mano hacia Zacky. Éste sonrió. 

-Esta bien...Leandro-después de unas risas, Zacky entró y cerró la puerta.

Allí estaba, tan inmaculadamente hermosa. Toda la habitación seguía irradiando paz y tranquilidad. Zacky se sentó en la silla, tomó su mano, acarició su mejilla y le sonrió.

-Si supieras que haría cualquier cosa porque despiertes en este momento...Chris, vuelve por favor. Te necesito. Sé que apenas nos conocemos, pero siento que te conozco hace décadas...O toda una vida...Nadie más logra llenar una habitación de luz y ruido como tú cuando aparecías cantando o bailando...Extraño eso...Te extraño...Me daba  ternura cuando evadías mi mirada y se te enrojecían tus mejillas...Jovencitas así casi ya no hay...Por favor, vuelve-se paró y le dio un beso en la frente-Vuelve...

Lo único que se escuchaba era la máquina que marcaba los latidos del corazón. Zacky derramó una lágrima y le besó el dorso de la mano. Sabía que apenas habían pasado unos poquísimos minutos, pero lo sintió como una eternidad. Siempre en su presencia los segundos se le escurrían como agua entre sus dedos, pero disfrutaba de cada uno de ellos.

-Zacky, ya es hora.

-Ahí salgo, doc...Digo, Leandro-se paró y besó nuevamente su frente. "Regresa, pequeña", le susurró en el oído.

Zacky salió y Leandro le echó una mirada a Chris. Torció la cabeza a un costado y se le hizo un nudo en la garganta. Es increíble cómo la vida puede cambiar de un momento a otro...Cerró la puerta y alcanzó al guitarrista. Se saludaron y él se fue, mientras que Leandro fue a su oficina. Se encerró en ella con llave, se sentó en su silla giratoria, giró hacia la ventana y miró hacia la nada. Jamás creyó que algo así le pasaría y parecía un día interminable. Miró su reloj. Faltaban cuatro horas para su reunión con Florencia...Cuatro horas para esclarecer todo...Cuatro horas para confirmar que su vida no volvería a ser la misma...Nunca más.

Cruzando fronteras (Zacky Vengeance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora