Fantasías Sexuales...

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—¿¡Por qué quiere despedirme?!, ¡Yo no hice nada! — me quiere despedir cuando ella intentó violarme, mientras que yo solo lo ignoré y me dedique a trabajar, creo que nunca le han dicho que no.

—Fácil, después de lo que pasó en el parqueo y que usted se negara, no puedo arriesgarme que alguien lo sepa— dice viéndome a los ojos.

—¿Se da cuenta que puedo decirlo? — le digo desafiante.

Sonríe divertida — Gomez, si se atreve puedo hacer que nadie le de trabajo, nunca, jamás — y si me esta ganando.

Selena: ✖   La bruja: ✔

Lo pienso por un momento, yo necesito mi trabajo, me pagan mucho y es como he conseguido lo bueno en mi vida, y si me despiden mi familia se reirá en las comidas familiares, diciendo que no pude conservar un trabajo; no tengo que decir que se sorprendieron al saber que tenía un trabajo en una editorial famosa; mi mamá había dicho que me daba una semana para regresar. Y ¡Llevo más de un año sola!, ¡En tu cara Mandy!.

La miro por un momento — ¿Qué debo hacer para conservar mi trabajo? — se muerde su labio inferior.

¡Estoy muerta! ¿En qué me estoy metiendo santo brócoli?.

Me mira con esa mirada seductora — Mi juguete — río.

—¿Está de broma?, ¿No está grandecita para tener juguetes?, digo de edad, porque de estatura usted tiene la de….— me mira fulminante y no termino la oración.

—No esa idiota Gomez, un juguete sexual, un juguete para adultos, solo una semana y luego regresa a su vida normal, siete días y siete noches — su mirada me asusta.

—No tengo otra opción ¿no? — niega y suspiro, al menos no soy virgen — entonces en ese caso acepto — No estoy dispuesta a soportar a mis papás, tíos y primos riéndose de mi fracasada vida, menos perder este trabajo donde me pagan mucho y no hago la gran cosa.

Sonríe mostrando sus dientes blancos y su quijada partida, ¡Tiene quijada partida!, eso es sexy.

—Todo debe mantenerse en discreción Gomez — asiento — puede regresar a su puesto.

Estoy a punto de irme pero antes necesito que me responda algo.

—¿Porque yo? — pregunté y ella se arregla su saco de diseñador, se levanta de su silla, esto me esta incomodando, se acerca y me pega contra la pared.

—Porque me ha gustado desde que vino a que la contratara y más ahora que los años le han sentado bien — frunzo el ceño.

—¡No estoy vieja!— le digo exasperada.

Sonríe — Yo no dije que estuviera vieja — suelta y sus manos tocan mi cintura.

—Que bueno — intente quitarme pero me lo impide.

—Deme una prueba que hará lo que yo le digo — ¿Como qué?.

—¿Una prueba?, ¿Habla de un beso? — ella asiente.

¡Todo sea por mi reputación!.

Inclino mi rostro y poso mis manos en su mejillas, sin esperar la beso, capturando su labio inferior y ella captura el mío, me pega más a ella. Su mano derecha sube y baja en mi espalda estoy segura que quiere tocarme el culo, y la izquierda me captura mi cuello, estamos muy pegadas en un momento el beso se vuelve apasionado y la pego más contra mí. Su lengua se introduce en mi boca y la mía en la suya, me aferro a su cuerpo mientras ella sube y baja la mano con más deseo, la giro y la pego contra la pared, nos besamos por unos segundos más.

Nos separamos y creo que me ha gustado.

—Perfecto — sonríe tocándose los labios — retírate.

Asiento no sin antes limpiarme los labios, ella ve mi acción; sonríe y niega — Con permiso — y salgo de la oficina con mi dignidad por el subsuelo.

Me besé con Maléfica, y si alguno de mis compañeros se dieran cuenta me lincharan y en el caso de Lana dejara de hablarme, y es que tenemos un código: Todos para uno y uno para todos. Pero está en riesgo mi moral, no puedo arriesgarme ser la hazme reír de todos, siempre he sido yo.

¡Y ya no más!.

—Creo que te devoró el cerebro — sonríe Lana.

—¡Callate! — digo molesta y me siento.

—Son síntomas de estar con la bruja, y aun no se porque no toma un avión y se casa — arqueo una ceja, y si eso me llamó la atención.

—¿De qué hablas? — ella me mira sin entender — ¿Está comprometida? — muerdo mi labio inferior.

—Si, con un tipo — dice despectiva — uno de esos tipos mayores con millones — así que es ambiciosa.

—Comprendo — sonrío.

El día pasó sin relevancia, y como siempre me encargue de guardar los documentos. No es que me queje porque es mi trabajo sólo quisiera tener poderes y hacerlo rápidamente.

Siempre soy la última en irme, y mi jefa siempre se queda hasta tarde, no podía estar más que nerviosa.

Ahora que lo pienso me la paso nerviosa e incómoda casi todo el tiempo.

Pero gracias a la fuerza de los vegetales, mi jefa no salió de su oficina y yo pude irme a mi casa.

Salgo del infierno y me dirijo a mi casa, cuando llegue mi gato, estaba desplomado en mi sofá.

—Hola, señor pecoso — digo acostándome junto con él sin pensarlo, él se enrolla en mi cuello ronroneando —¡Eres tan lindo! — le digo acariciando su cola y su cabeza empieza a removerse en mi cuello y mejillas, haciéndome reír.

Escucho el timbre — ¿Esperamos a alguien señor pecoso? — él parece entenderme puesto me ve atento y me sigue.

Con pesadez me acerco a la puerta y abro. Me quedo boca abierta viendo a quien está delante de mi puerta.

—Hola — saluda

—¿Que esta haciendo aquí? — le pregunto.

—¿Te molesta que haya venido?, deja de hablarme de usted y tueame. He venido a que cumplas unas de mis fantasías — me mira seductoramente.

—Pase — me hago a un lado de la puerta.

Entra y inspecciona el lugar — ¿Que ganare yo? — le digo a su espalda — ¿Cuantas fantasías debo cumplir? — tengo que negociar.

—Te ascenderé, un aumento de sueldo y el placer de haber sido mi hada madrina sexual — arquea una ceja y se muerde su labio inferior.

Asiento — siete fantasías, deseos, que se yo — muevo mis manos — y no habrá repetición ni menos que me pidas mas fantasías — asiente.

—Bueno Gomez — me mira y suspira.

—¿Entonces? — pregunto viendo toda mi casa — ¿Como esta tu prometido? — digo tranquila.

Frunce el ceño — No tengo prometido.

—Perfecto — digo sin ánimos, la quiero fuera de mi casa.

—Cuando tenga lista mis fantasías empezaremos Gomez — se gira y abre la puerta — linda casa — y se marcha.

No se en que me he metido pero si alguien se entera, me quitarán el habla de por vida.

Mi Amada Jefa •|Selena Gomez Y Demi Lovato|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora