Curando las heridas.

Futuro.

CAPITULO 10.

-Buenos días princesa – me dijo mientras me abrazaba fuerte contra su pecho.

-Oh, que tonti, buenos días amor – dije impulsándome un poco hacia arriba para poder besarle-

Sus labios eran tan ¿especiales? Me transmitían de todo. Amor, tristeza, inseguridad, me hacían sentirme viva. Desde que estoy con él los cortes se habían acabado.

Se levantó y me dio una palmadita en el culo.

-Eh, ¿de qué vas Bieber? – dije riendo- no se toca.

-Oh lo siento, pero es que … - dijo mirándome de arriba a bajo – si duermes con esos pantaloncitos tan … cortos grrrrrrrrrr.

Me metí al baño riendo. Me quería dar una ducha, odiaba sentirme pegajosa por el ambiente, pero me encantaba oler a Justin. A su olor personal.

Me miré al espejo y vi caer mis 'tirabuzones' sí, no llegaban a serlo, eran ondas. Veía que caían sobre mi espalda, casi llegando a la cintura, miré fijamente al espejo, a mis ojos, ya no estaban rojos de llorar. Toqué mi cara, me seguía odiando a mi misma, no lo iba a negar, pero eso nunca dejaría de pensarlo. Yo era ... penosa. Volví a tocar mis muñecas, ya no llevaba pulseras para esconderlos pero seguían allí.

-¿Cómo puede estar conmigo? Soy horrible - dije mirando al espejo mientras levantaba mi camiseta para dejar al descubierto mi tripa -

-Porque eres preciosa y no sé como puedes dudar de eso después de estar media hora mirandote en el espejo - dijo Justin asomándose por la puerta mientras me miraba serio - 

Se pegó a mi de tal forma que su pecho quedaba en mi espalda mientras me apartaba el pelo hacia un lado y me besaba el cuello. 

-Eres preciosa, ¿me oyes? No lo dudes nunca más, y deja de pensar tonterías, no quiero que vuelvas a hacer ninguna de esas cosas que te hacían estar mal. Solo quiero que sonrías, y si hace falta que me ponga a hacer el imbécil lo hago ¿VALE?

Me sacó un sonrisa, seguiamos en la misma posición solo que ahora Justin me obligaba a mirar al espejo, mientras, su mano volvía a levantar mi camiseta mientras tocaba mi tripa suavemente dejandola nuevamente al descubierto.

-Y lo bonita que es tu tripita que ¿eh? - dijo mientras me sacaba una sonrisa-

-Justin, te quiero.

-Y yo, muchísimo.

Se separó y metió las manos bajo el grifo para después mojarse su precioso cabello.

-Ah, y que te quede claro, lo único que va a haber fuera de lo normal en tu preciosa barriguita van a ser nuestro bebés.

Y después de decir esa frase tan ¿perfecta? sí, exacto, salió del baño.

Recordé el día anterior, me había pedido ser su chica y era genial, porque podía decir con total decisión 'mi novio' porque era mío, y ya.

Me recogí el pelo en un moño y fuí al salón a poner la televisión, no había nada interesante, miré hacia la cocina y le vi servir un par de zumos de naranja.

-Princesa, aquí tienes, tu zumito recién echo - dijo sonriente-.

-Serás mentiroso, te vi echarlo del bote - no podía parar de reir, ¿Cómo era tan tonto?

-Vale - empezó a entrarle la risa floja- está bien no lo hice yo, pero eh, ¿sabes lo que me costó abrir el maldito bote?

Este chico me podía, siempre me hacía reír, aunque fuera por cualquier tontería. Nos bebimos el zumo rápido.

-Así me gusta verte siempre, sonriendo, que eres preciosa, pero si sonries ya ... ni te cuento.

Nos besamos, hacía mucho que no nos besabamos y se veían las ganas en el ambiente.

-Nene, recuerda que mañana tengo comida familiar y ... 

-Y va a salir tan genial que cuando salgamos tendrás una sonrisa preciosa y querré comerte a besos - dijo guiñandome un ojo-

*5 HORAS DESPUÉS*

Justin se estaba duchando mientras yo leía 'El diario de Noah' era uno de mis libros preferidos, no me cansaría de leerlo jamás.

Me detuve a pensar en lo que Justin me había dicho, ya sabéis, sobre el bebé. ¿De verdad cree tanto en 'lo nuestro' como para pensar en eso? Me refiero, ¿cree que será para siempre?

No es que yo no lo crea, pero no se, no le veía tan ... maduro.

Me encantaría pasar el resto de mi vida con él.

En otra casa, con chimenea, siempre me gustaron las casas con chimenea. A la luz del fuego todo se ve mejor.

Mientras el compone y yo estoy jugando con nuestros pequeños. Tendríamos dos, una niña y un niño.

¿No sería genial? 

Ojalá sea así, el tiempo dirá.