Perdida.

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Dormi apenas unas horas pero me sentía bien, apenas quedaban dos días en Canadá y yo no pensaba hacer nada, solo vaguear en el sofá, era lo que más me gustaba hacer.

Me quité el edredón de encima y ví una bandeja. Con café, donuts y una flor, no olvidemos que había un papel rosa claro en el que ponía 'Buenos días princesa, espero que anoche lo pasaras bien con Jaxon y compañía, te amo, Justin'.

Me salía esa sonrisa tonta que intentaba contar mordiendome el labio. Ya sabéis, como si alguien me estuviera mirando. 

Lo cierto es que estaba realmente sola, sí. 

Jazzy estaba en el instituto, Jaxon había salido a hacer cosas de chico malo y Pattie estaba en casa de su vecina y gran amiga.

Desayuné en la cama mientras miraba por la ventana y observaba. 

Lo cierto es que este lugar era maravilloso, me quedaría aqui eternamente, pero no. 

Lo cierto es que en dos días me había pasado de todo pero. Me lo tomo con optimismo, no sé. 

Respecto a Jaxon no pienso nada, solo lo dejaré pasar, son cosas que pasan.

Bajé las escaleras y justo Justin entraba por la puerta.

-Hola nena - sonrió y vino a abrazarme - tengo una gran noticia. 

-Ey, ¿a qué esperas a contarme?

Se quitó la chaqueta de cuero y sacó su cartera, y de ella, nuestros billetes de avión. 

-Justin, ¿tres?

-Sí, y aquí viene la buena noticia - Jaxon cerró la puerta y.

-Voy con vosotros a España una temporada.

Mi sonrisa optimista se borró de la cara y más bien, salió una realmente falsa.

-AH, BIEN. 

Me dí media vuelta y volví a subir las escaleras hacía mi habitación. 

Me puse unas mayas y una camiseta blanca, una chaqueta y cogí mis cascos.

Bajé de nuevo al salón.

-Eh chicos, saldré a correr, necesito aire, nos vemos luego. 

En cuanto me puse los cascos comenzó a sonar una canción e intenté desconectar pero me era imposible. Comencé a correr, observaba a la gente y moría de la ternura. Realmente no sé que pensar, ¿JAXON EN MADRID? ¿ENSERIO? Le tendría metido en casa olfateando, lo que es peor, hablandome, lo que es aún peor, intentando estar conmigo. 

Quería borrar lo de anoche pero era imposible, me dijo que quería ser mi novio. 

Le veo como un cuñado que podría ser mi mejor amigo perfectamente. 

Sí, enserio. Esto de caminar sola mientras escucho música me hace reflexionar y quizás pueda ser mi amigo. Sí, puede.

Después de horas andando llegué a casa agotada y me dí una ducha. Solo quería relax.

-_____, mañana daremos una fiesta de despedida - dijo Pattie - 

Pensé en una comida intima pero no, se referian a una fiesta para los jóvenes.

Música, alcohol y diversión. 

-Ah, está bien.

-Visteté, nos vamos de compras.

Apenas oí 'compras' y subí en busca de unos vaqueros y de mis botas.

Nos subimos al coche y.

-Pattie, enserio mil gracias, no me quería ir de aquí sin comprar nada.

Me miró y comenzó a reir.

-Me recuerdas tanto a mi, loca por la música, por la moda por todo ese mundo. Te llevo observando bastante y me parecer genial nena, eres una bendición para Justin.

Agaché la cabeza y me sonrojé. 

Quizás tuviera razón y yo y Justin seríamos de esas parejas eternas, de por vida.

De las que se casan y tienen hijos. Ah y una enorme casa con jardín y perro, y piscina. 

Hablamos de bastantes cosas, sobretodo de mi futuro. 

-_____, ven, mira.

Me acerqué al escaparate y ví el vestido perfecto. 

Negro, un poco más arriba de las rodillas, a juego con un bolso que llevaba los mismos detalles.

-Es wow, realmente precioso.

-Entra, es tuyo.

No podía creerlo, Pattie era realmente genial. Me regaló aquel vestido y yo era feliz.

-Muchas gracias enserio - dije abrazandola - 

-De nada cielo pero, antes que nada, prometeme algo.

-Dime.

-Te lo pondrás mañana por la noche. 

Curando las heridas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora