Capítulo 6

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Hiro no lograba entenderlo. Itona era un completo extraño, una persona cualquiera que reciñen había conocido. Es más, solamente con el hecho de que el chico estaba fumando en una plaza solo a las 4 AM debería alterarlo. Debería hacerlo querer huir, o incluso llamar a la policía. ¿Quién sabía que problemas podía tráele ese chico? A pesar de que su lado racional le gritaba por que corriera, había algo que lo atraía hacia Itona. No sabía que era, pero sentía que de alguna manera u otra, podía confiar en él.

Asintiendo lentamente, Hiro levantó su cabeza para examinar la expresión del otro joven. Este extendió su mano, esperando que el pelinegro la tomara.

-Bien. ¿Nos vamos?

Hiro tomó la mano de Itona. Fría. En contraste con su mano, la mano del castaño estaba helada. Probablemente por pasar horas en el exterior, en vez de ponerse un par de guantes o cubrir sus manos de alguna manera. El castaño giró sobre sus talones y guío a Hiro por el centro de la plaza, cruzando la calle y metiéndose entre los edificios como atajos hasta llegar a una zona que era totalmente nueva para el más joven. Una multitud estaba gritando y abucheando, incluso alentando a dos chicas que estaban peleando con robots. Claro, Hiro estaba completamente familiarizado con las peleas de robots, pero jamás había llegado a esa área de la ciudad. Además, estaba el pequeño detalle que los robots no eran solamente tuercas y circuitos. Las chicas eran los robots. Tenían piezas metálicas cubriendo sus muñecas y puños, cascos y botas con rodilleras. Itona le dedicó una media sonrisa a Hiro, notando lo sorprendido que estaba.

-No te preocupes. Son humanas. Solo se colocan esas piezas para poder pelear mejor entre sí. ¿Ves ese casco con lentes? Ayuda a predecir futuros ataques. También le dice donde le conviene pegar para derrotar a su oponente –Pasó una mano por su desordenado cabello- Somos otro nivel de luchadores.

Una de las jóvenes tenía una banda metálica que cubría su frente, con solo un lente verde cubriendo su ojo izquierdo. Sus pupilas se movieron rápidamente desde los pies de su oponente hasta su cara. La tomó del brazo y luego de entrelazar su pierna con la de la chica con casco, la tiró al piso. A pesar de poder bloquear algunos golpes, la chica con la banda logró golpear a su oponente en la cara y dejarla inconsciente.

-¡Tenemos un ganador! –La voz de un hombre resonó por todos lados, y este levantó la mano de la vencedora. Todos comenzaron a gritar para expresar su emoción.

-Ritsu ganó –Itona comentó- No me sorprende. Es muy buena con la tecnología.

Hiro desvió su mirada hasta Ritsu, quien sonreía victoriosamente. Tenía cabello corto, atado en dos coletas con un cerquillo adornando un lado de su cara. Una de sus coletas tenía varios mechones violetas, azules y rosados. El resto de su cabello era negro como el carbón. Un par de pecas adornaban el puente de la nariz de la chica, haciéndola parecer tierna e inocente, cosa que claramente no era. Acababa de dejar inconsciente a otra persona. Sus ojos color café identificaron al castaño. Su sonrisa se expandió, y rápidamente, Ritsu corrió hasta los dos chicos.

-¡Itona! –Ella arregló su chaleco mientras miraba a Hiro con confusión- Y... ¿Quién es él?

-¿Este? –Itona palmeó al espalda del pelinegro- Este es Hiro. ¿Recuerdas al chico que vimos ganar en la pelea de robots la semana pasada?

-¡Oh, ese Hiro! ¡Es un placer conocerte!-Ritsu tomó su mano y la sacudió, mostrando sus blancos dientes en una amplia sonrisa- ¿Sabes? Creo que te divertirás aún más en estas peleas de robots.

-E-Eh... no sé si voy a pelea aquí...-Hiro miró a la chica inconsciente de reojo. Un chico y una mujer la estaban cargando para recostarla contra la pared, haciendo todo lo posible para despertarla.

-¡Pero lo amarás! No desperdicies tu capacidad.

El pelinegro frunció el ceño, mirando preocupadamente al dúo que acababa de conocer. Tal vez, solamente tal vez, no estaría tal mal intentar otro tipo de peleas... ¿No?

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