Nightmare

Capítulo 15

El pelinegro estuvo despierto toda la noche, trabajando en un traje robótico. No para seguir participando en las peleas, eso ya no estaba en sus prioridades. El traje en el cual estaba trabajando era para defenderse. Para mantener a todos fuera de su mundo. Cass trató de hablar con el adolescente, solo para ser ignorada por este.

Las horas pasaban, y el chico seguía concentrado en su trabajo. Salteaba comidas, no dormía, y evitaba contacto con cualquier persona viviente. Las voces lo atormentaban, susurrando en sus oídos y creciendo poco a poco. Hiro solo quería gritar, y deseaba poder romper todo a su paso. Resistirse era casi imposible.

-Veo que sabes la verdad.-Una voz murmuró.

El pelinegro giró rápidamente, golpeando la mesa a su paso. Su lápiz rodó por la añejada hasta caer al piso.

-Q-Qué... Cómo...

-Boo-hoo, no pretendas estar asustado.-Itona mostró una media sonrisa- En el momento que me cortaste lo supe. Literalmente. Trataste de apartarte de mí.

-Voces. Son u-ustedes. Ristu, Mark, tú...

Itona se movió relajadamente, apartándose del marco de la puerta, donde estaba anteriormente recostado. Sus pies se movieron tranquilamente hasta Hiro, asustándolo y haciéndolo tropezar. Este cayó al piso con los ojos clavados en Itona. Estaba asustado, no quería enfrentar la realidad.

-Bueno, bueno. Basta de juegos.-Se arrodilló, tomando el mentón del chico entre sus delgados dedos- Sabes quién me mandó... ¿No es así?

-Aleja las sombras... ¡F-Fuera, los quiero a todos lejos!

La piel de Itona tenía un tono grisáceo, mientras que sus ojos se habían convertido en un torbellino dorado. Pasó un dedo por los párpados de Hiro, causando que este se sintiera agotado- físico y mentalmente. Con un rápido movimiento, tomó el cabello negro y golpeó la cabeza de Hiro contra el piso. Este sintió como su conciencia se desvanecía.

-¡...ro!

Esa voz...

-¡Hiro, oh Dios!

Tía Cass...

Con la visión nublada, entrecerró los ojos para tratar de enfocar mejor. Vio a Itona arrodillado junto a él, sonriendo satisfecho. La última visión que tuvo fue la puerta de su cuarto siendo derribada, para que tres personas entraran corriendo.