La visión

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Apenas había salido por la puerta de la escuela en dirección al ala infantil para recoger a Iris y a Anthony cuando una mano se deslizó en la mia entrezando sus dedos con los mios. Me giré bruscamente para ver la sonriente cara de Dylan que me miraba como si se lo estuviera pasando en grande. De verdad este chico estaba empezando a fastidiarme.

-¿No es suficiente que tenga que ser tu niñera en la escuela que tambien quieres seguirme a mi casa? -pregunté dejando que en mi voz se colaran pequeñas dosis de veneno, nada letal.

Él se rió con fuerza.

¿Enserio se estaba riendo? Levanté una ceja justo como lo hacía mi madre cuando yo hacía una de las mías, me solté de un tirón de su mano y me alejé pisando fuerte. Pude oír que me seguía de cerca pero no me volví.

Ya casi llegaba al pequeño edificio de al lado cuando sus manos me cogieron de la cintura y me acercaron al él. Suspiré enfadada, pero no pude evitar que los latidos de mi corazon se aceleraran sin tener en cuenta que yo no quería.

-No huyas de mí. Sé que te gusto.

¡Pero bueno! ¿Es que leia la mente o algo parecido? Levanté la mirada echando chispas por los ojos, pero eso solo parecía haberlo divertido más. Puse las manos en su pecho para apartarlo de mí, pero en cuanto puse una de mis manos sobre su corazón, todo su cuerpo se aflojó y se quedó allí parado con la mirada fija en el vacío.

-¿Estás bien? -me acerqué mirándole con preocupación. Parecía como si no estuviera en su cuerpo en ese momento. Era siniestro.

Le senté con un poco de esfuerzo en un banco que había allí cerca y miré a nuestro alrededor, paro no había nadie. Puse una mano en su hombro y con la otra le levanté el rostro hacia mí. Seguía sin estar ahí. Le acaricié un poco la mejilla intentando que volviera a su cuerpo.

De repente, sus ojos recuperaron su brillo y me miraron sorprendidos.

-¿Qué demonios ha sido eso? -susurré lentamente.

-Una visión -murmuró tan bajito que dudé si quería que lo oyera.

-¿Cómo que una visión?

Pero no respondió, se levantó del banco de un salto y se alejó a paso rápido.

-Nos vemos mañana -dijo por encima del hombro.

-Espera -le grité, pero era inútil, ya había desaparecido.

Me quedé allí parada con la boca abierta muy desconcertada. ¿Cómo que una visión? ¿Acaso era vidente o algo así? ¿A eso se refería el profesor al decir que no era como nosotros? 

Una repentina ráfaga de viento helado me sacó de mis pensamientos. Miré la hora que marcaba mi teléfono movil. ¡Mierda! Llegaba tarde, Iris y Anthony estarían echos una furia, odiaban ser los últimos a los que recogieran.

Corrí hacia el edificio del ala infantil a enfrentarme con la furia de mis hermanitos.

No pude evitar volver la vista atrás búscando a Dylan.

¿Quién era ese chico?

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